por eso los guarda mi alma.
la explicació de tu palabra ilumina,
instruye a los inexpertos.
Jadeo con la boca abierta,
anhelando tus mandatos.
Vuélvete a mí con piedad,
como haces con quienes te aman.
Afirma mis pasos según tus promesas,
que no me domine maldad alguna.
Líbrame de la opresión de los hombres,
y guardaré tus decretos.
Haz brillar tu rostro sobre tu siervo
y enséñame tus leyes.
Ríos de lágrimas vierten mis ojos
porque no se guarda tu ley.
Por eso el aviso de poeta no es en vano porque la maldad puede llegar a dominarnos y convertirnos en sus esclavos. Lo que la Biblia dice no es tontería, puedo mirar a mi propia vida y ver como la atracción del pecado, a la vez que autodestructiva, es tremenda y poderosa y la posibilidad de ser dominando y convertirse en esclavo es real.
Sólo la palabra de Dios, el compañerismo genuino y auténtico con otros creyentes puede darnos la capacidad de resistir y vencer el poder seductor, dominador y tristemente destructivo de la maldad o el pecado.
Hay que ser realista, el pecado puede esclavizarte.
Una oración
Por el conocimiento de las buenas noticias en Rumanía.
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