SALMO 13: ENTENDER LO QUE PASA

Ayúdame a entender lo que pasa


Algo que he aprendido con los años es que las cosas no son necesariamente lo que parecen. No siempre percibo la realidad tal y como es y, en ocasiones, no acabo de entender bien las cosas porque carezco de toda la información y la perspectiva necesaria. Eso puede llevar a un líder a tomar decisiones o hacerse composiciones de lugar que sean incorrectas y no lo que pensaba.
La Escritura ya nos advierte en el libro de Proverbios que no nos fiemos de nuestra propia prudencia. También indica que hay caminos que nos parecen la mar de correctos y, sin embargo, nos llevan finalmente a la muerte. Como el salmista, el escritor de Proverbios nos ofrece la alternativa de buscar la comprensión de las cosas en el Señor, de volvernos a Él a fin de entender las cosas.
Pero para que eso sea una realidad se requieren dos cosas: tiempo y práctica. Uno ha de tomarse «la molestia» de pasar tiempo con Dios, de venir delante de su presencia y cuestionarle, preguntarle, interrogarle sobre nuestra realidad y la de nuestro entorno. Lamentablemente somos gente más orientada a la acción que a la reflexión y eso no juego en favor nuestro. También se requiere la práctica de aprender a identificar a Dios y su voz en medio de muchas otras voces. Como cualquier otro arte la práctica continuada hace que ganemos en maestría y dominio.
Cualquier seguidor de Jesús pero, especialmente, aquellos que estén en posición de responsabilidad y liderazgo deberían de tomar muy en serio la recomendación del salmista y aplicarla a la vida cotidiana porque, como dice el refrán castellano, «no es oro todo lo que reluce» y las cosas y las personas no siempre son lo que pretenden ser.

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