SALMO 143. CLAMOR

Ya se me apaga el aliento,
dentro de mí se estremece mi corazón.
Recuerdo los tiempos antiguos,
medito todas sus acciones,
considero la obra de tus manos.
Extiendo hacia Ti las manos
y mi garganta como tierra reseca.
Respóndeme enseguida, Señor,
que me falta el aliento.
Si me escondes el rostro,
seré como los que bajan al sepulcro.

Este salmo es muy similar al anterior ya que refleja estados internos del alma del ser humano. Palabras como estremecimiento, tierra reseca, falta de aliento y sentirse como si experimentara la muerte son utilizadas, entre otras, por el escritor del poema. Ayer ya me daba cuenta que tarde o temprano toda persona puede sentirse identificada con esta descripción porque a todos nos toca vivir situaciones semejantes.

Pero ¿Qué puede hacerse cuando uno está inmerso en semejante marasmo emocional? El propio salmista me da la solución o, al menos, me da una pista, una pauta a seguir, recordar los tiempo antiguos y meditar en las pasadas acciones del Señor. Es fundamental, porque para nosotros los seguidores de Jesús, la fidelidad pasada de Dios en nuestra vida y experiencia humana es la base para nuestra esperanza futura.

El consejo de la Palabra de Dios no es mirar hacia atrás para estancarnos emocionalmente en el presente, para lamentarnos que las cosas no son cómo queríamos, esperábamos o deseábamos. Antes al contrario, miramos hacia atrás en busca de la intervención de Dios para proyectarnos hacia un futuro de esperanza donde Él se manifestará de nuevo de maneras nuevas e impensables o incompresibles en el momento presente.


Un principio

La intervención de Dios en el pasado es la esperanza para el futuro.


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