No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la
renovación de vuestro entendimiento. . . . –Romanos 12:2.
Los agricultores de Zentsuji, en Japón, están preparando sandías para exportar.
Sólo que estas no son sandías ordinarias: ¡son cuadradas! Las colocaron
en cubos de vidrio templado mientras crecían. ¿Por qué querría alguien
tener sandías cuadradas? ¡Porque es más fácil guardarlas en la nevera!
Es divertido pensar cómo una sandía que naturalmente es redonda puede
llegar a ser cuadrada a causa de la forma del recipiente donde crece.
Esto me recuerda las fuerzas del mundo que ejercen su influencia
en nosotros e intentan moldearnos.
Es por eso que se nos dice en Romanos 12:2: «No os conforméis a este siglo,
sino trasformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento.»
La idea es más bien sencilla: hemos de dejar que la transformadora
Palabra de Dios obre en nosotros y produzca resultados externos,
en vez de permitir que las presiones externas nos moldeen.
Si meditamos en la Palabra de Dios todos los días influirá nuestros
pensamientos y nos ayudará a crecer y a parecernos más a Jesucristo
(2 Corintios 3:18). Entonces nuestro comportamiento le agradará.
Las presiones del mundo seguirán tratando de moldear nuestro carácter,
pero si la Palabra de Dios nos está cambiando desde adentro,
no lo lograrán. —
SI LA PALABRA NOS TRANSFORMA, NO NOS CONFORMAREMOS AL MUNDO.
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