SANTIAGO ESTUDIO 15. CUESTIÓN DE LEALTADES

SANTIAGO 4:1-10

1 ¿De dónde vienen las guerras y las peleas entre ustedes? Pues de los malos deseos que siempre están luchando en su interior. 2 Ustedes quieren algo, y no lo obtienen; matan, sienten envidia de alguna cosa, y como no la pueden conseguir, luchan y se hacen la guerra. No consiguen lo que quieren porque no se lo piden a Dios; 3 y si se lo piden, no lo reciben porque lo piden mal, pues lo quieren para gastarlo en sus placeres. 4 ¡Oh gente infiel! ¿No saben ustedes que ser amigos del mundo es ser enemigos de Dios? Cualquiera que decide ser amigo del mundo, se vuelve enemigo de Dios. 5 Por algo dice la Escritura: «Dios ama celosamente el espíritu que ha puesto dentro de nosotros.»[a] 6 Pero Dios nos ayuda más con su bondad, pues la Escritura dice: «Dios se opone a los orgullosos, pero trata con bondad a los humildes.»[b] 7 Sométanse, pues, a Dios. Resistan al diablo, y este huirá de ustedes. 8Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes. ¡Límpiense las manos, pecadores! ¡Purifiquen sus corazones, ustedes que quieren amar a Dios y al mundo a la vez! 9 ¡Aflíjanse, lloren y laméntense! ¡Que su risa se cambie en lágrimas y su alegría en tristeza! 10 Humíllense delante del Señor, y él los enaltecerá.


Santiago nos explica una realidad muy simple, no es posible ser leales a Jesús -amarlo- y al mismo tiempo ser leales al mundo. El Maestro, a quien seguimos, lo expresó con otras palabras pero con igual contundencia, no es posible servir a dos señores. La lealtad no puede ser compartida a pesar de nuestro deseo en este sentido.

Esta idea clave es la que se desprende de este pasaje que puede dividirse en tres secciones muy claramente diferenciadas pero relacionadas. La primera, versículos del 1 al 3 nos habla de una nueva situación de conflicto en la comunidad entre seguidores de Jesús. La segunda, versículos del 4 al 6 nos explica la razón de ese conflicto, nuestro amor al mundo. Finalmente, la tercera, nos exhorta a volvernos a Dios para solucionar esa tensión interna de lealtades, los versículos 7 al 10.

Santiago va al centro del problema, nuestra lealtad. Si somos leales al mundo, aquí mundo significa el presente sistema social, económico y cultural con sus valores, actitudes, prioridades y conductas, necesariamente entraremos en conflictos con Dios y su manera de entender la vida y, como consecuencia, con nuestros hermanos.

Santiago nos invita a meditar dónde está depositada nuestra lealtad y qué estilo de vida produce y, al mismo tiempo, nos invita, si es necesario, a volvernos hacia Dios.


Un principio

La lealtad a Dios y al mundo son incompatibles.

Una pregunta

¿A quién eres leal?

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