SANTIAGO ESTUDIO 6. ESPIRITUALIDAD AUTÉNTICA

SANTIAGO 1:26-27

26 Si alguno cree ser religioso, pero no sabe poner freno a su lengua, se engaña a sí mismo y su religión no sirve de nada. 27 La religión pura y sin mancha delante de Dios el Padre es esta: ayudar a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y no mancharse con la maldad del mundo.

¿Cómo puede alguien estar seguro de que vive agradando a Dios? ¿Cómo puede una persona saber que su forma de entender el seguimiento de Jesús es la correcta? ¿Cómo, en definitiva, puede uno tener la certeza de que su estilo de vida es el que debería ser?
Pues Santiago, con su habitual enfoque práctico de la realidad da criterios de evaluación muy claros en este breve pasaje, tres según mi humilde opinión. El primero, un claro dominio de la lengua. Hay mucha destrucción y maldad vinculada al mal uso de la misma, la crítica, la mentira, las verdades carentes de amor y respeto, la falta de apoyo y amabilidad en nuestras manifestaciones verbales, por tan sólo mencionar algunas.
El segundo, la sensibilidad hacia el carenciado y necesitado. En la Biblia el huérfano y la viuda son usados para de forma extensa representar a todos los débiles y desvalidos. En el mundo antiguo, carente de instituciones de protección y ayuda social, estos colectivos eran los más vulnerables y tan sólo podían sobrevivir con el apoyo del resto de la comunidad.
El tercero y último, no mancharse con la maldad del mundo. Otras versiones dicen, mantenerse incontaminado del mundo. Me agrada más este versión, tiene más amplitud, me hace pensar en no permitir que el estilo de vida del mundo, es decir, de la sociedad que nos rodea, con sus prioridades, valores y actitudes no se apodere de nosotros y no determine la forma en que vivamos.
Santiago es bien práctico: Controla tu lengua, atiende al necesitado y que tu forma de vivir esté informada por los valores del evangelio. Entonces, y sólo entonces, tu religión será auténtica y no te estarás engañando a ti mismo.
Un principio

Lengua, compasión, valores del Reino.

Una pregunta

¿Qué muestra tu vida al compararte con estos tres criterios?


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