Siete razones para ser santo (4/4)

santidad del lider

Lee en los siguientes enlaces, la primera, segunda y tercera partes de esta serie.

Ante todo debo decir que buscar la santidad no es fácil, porque justo cuando proponemos apartarnos para Dios, pareciera que surgieran todas las tentaciones posibles, que quieren desorientarnos.  Quiero compartir contigo siete razones que nos motivaran a tener presente nuestro deseo de buscar la santidad.

6. Porque viviremos por la eternidad en un lugar Santo.

Si te trasladaras a otra parte del mundo pensarías con cuidado en cómo empacar para la mudanza.  No te molestarías en buscar trajes de invierno, si el lugar al que planeas ir es un lugar tropical.  He tenido la oportunidad de mudarme algunas veces y siempre que empacamos y nos estamos trasladando nos damos cuenta que tenemos cosas que ya no nos sirven y  que solamente nos hacen estorbo.  De la misma manera estamos prontos a mudarnos a nuestra morada eterna. ¿Qué tanto piensa en tu destino final y lo que debes hacer para estar listo para la mudanza?  El cielo es un lugar de gozo y belleza, donde no habrá tristeza, dolor, ni una pizca de pecado. ¿Cómo podemos entonces aferrarnos a nuestro pecado y pensar que estamos listos para ir al cielo?  ¿Con cuánto esfuerzo y cuidado te alistas para llegar a tu hogar eterno?

7. Porque el bienestar de otros depende de mi santidad.

Lo que más necesitan los que nos rodean es ver en nosotros el reflejo de lo que Dios es y del poder transformador del evangelio. Tu vida puede producir en otros el deseo de acercar sus corazones a Cristo.  No solo debo elegir el camino de la santidad por causa de Dios y de mi misma, sino también por el bien de los demás. Recuerda que nuestras decisiones no solo nos afectan a nosotros sino también a otros.  ¿Amas tanto tu pecado que no estarías dispuesto a renunciar a él por el bien de los demás?  ¿Te importa más complacer tus apetitos carnales que el bienestar eterno de tu descendencia?

¿Por qué preocuparnos por ser santos? ¿Por qué estar dispuesto a decirle no a la carne y sí a Dios, día tras día?  Porque el mundo necesita con urgencia ver cómo es Dios.  Porque el propósito y el destino final de tu existencia es ser santo.  Por el precio que Jesús pagó para hacerte santo.  Porque tú eres un santo.  Porque los santos ven y conocen a Dios.  Porque nos estamos preparando para vivir en un lugar donde no hay pecado.  Y porque nuestro ejemplo puede inspirar a otros que nos observan a elegir o rechazar el camino de la santidad.


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