«Josué se levantó de mañana, partió de Sitim con todos los hijos de Israel y llegaron hasta el Jordán y reposaron allí antes de pasarlo. Después de tres días, los oficiales recorrieron el campamento y ordenaron al pueblo: Cuando veáis el Arca del pacto de Jehová, vuestro Dios, y a los levitas sacerdotes que la llevan, saldréis del lugar donde estáis y marcharéis detrás de ella, a fin de que sepáis el camino por donde habéis de ir, por cuanto vosotros no habéis pasado nunca antes por este camino. Pero que haya entre vosotros y el Arca una distancia como de dos mil codos; no os acercaréis a ella» Josué 3:1-4
En este pasaje tenemos una verdad que puede cambiar nuestras vidas por completo: Dios debe guiar nuestro camino. Es cierto, es algo lógico, incluso puede parecer obvio, pero no lo es en la práctica. Observemos como Dios le dice al pueblo que no debe ir delante sino detrás del Arca porque van a entrar en territorio desconocido. Asimismo, cuando nos encontramos en una encrucijada, cuando nos toca tomar decisiones en nuestra vida, acerca de nuestros estudios, trabajo, matrimonio, hijos, etc., debemos buscar la guía de Dios a través de oración, su palabra y ayuno.
Insisto, es fácil decirlo en teoría, pero, ¡cuan difícil es hacerlo en la práctica! ¿Cuántas veces he ido adelante en mis decisiones sin consultar a Dios resultando en una catástrofe para mi vida espiritual, emocional, sentimental, física y/o intelectual?
Hay otro pasaje que me llama la atención: «Josué dijo al pueblo: Santificaos, porque Jehová hará mañana maravillas entre vosotros» Josue 3:5
¡Que enseñanza tan poderosa en un texto tan corto! Pocas veces en la biblia se mezcla la palabra santificación con la palabra maravillas, ¡mucho menos en las predicaciones de nuestros tiempos! Pero lo cierto es que si hay una correlación entre nuestra santificación y el poder de Dios que puede desplegarse en nuestras vidas.
En este pasaje, el pueblo de Israel se está preparando para conquistar la tierra amada, la tierra prometida. Primero deben buscar la guía de Dios, deben ir detrás del Arca del pacto. Pero además, deben santificarse si quieren ver las maravillas que Dios realizará el día de mañana.
Igualmente nosotros debemos buscar y procurar nuestra santificación a través del Espíritu Santo, porque sólo si buscamos su voluntad y nos alejamos del pecado, podremos conquistar nuestra tierra prometida.
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