TITO ESTUDIO 3. PROPAGADORES DE FALSAS ENSEÑANZAS


TITO 1:10-16

10 Pues hay muchos rebeldes que participan en conversaciones inútiles y engañan a otros. Me refiero especialmente a los que insisten en que es necesario circuncidarse para ser salvo. 11 Hay que callarlos, porque, con su falsa enseñanza, alejan a familias enteras de la verdad, y sólo lo hacen por dinero. 12Incluso uno de sus propios hombres, un profeta de Creta, dijo acerca de ellos: «Todos los cretenses son mentirosos, animales crueles y glotones perezosos».[e] 13 Es la verdad. Así que repréndelos con severidad para fortalecerlos en la fe. 14 Tienen que dejar de prestar atención a mitos judíos y a los mandatos de aquellos que se han apartado de la verdad.

15 Todo es puro para los de corazón puro. En cambio, para los corruptos e incrédulos nada es puro, porque tienen la mente y la conciencia corrompidas. 16 Tales personas afirman que conocen a Dios, pero lo niegan con su manera de vivir. Son detestables y desobedientes, no sirven para hacer nada bueno.

Aquí se describe un caso extremo de personas que dentro de la comunidad de seguidores de Jesús iban propagando enseñanzas y creencias falsas y, consecuentemente, creando una gran conmoción entre las personas afectando, tal y como dice Pablo, a familias enteras. Una de las tareas encomendadas a los dirigentes era precisamente tratar de contrarrestar dicha influencia negativa.

Sin embargo, lo que me ha llamado la atención, lo que es más cercano y lo que confronta mi vida como seguidor de Jesús son las palabras del apóstol, tales personas afirman que conocen a Dios, pero lo niegan con su manera de vivir.

Nosotros, los evangélicos, somos gentes que enfatizamos la doctrina, que podemos escribir volúmenes de teología explicando y defendiendo énfasis doctrinales de escasa importancia. Podemos enfrentarnos con aquellos que no sostienen los mismos puntos de vista que nosotros y tacharlos de heterodoxos, pocos fieles a la sana doctrina, liberales y cualquier otro epíteto que deja claro que somos nosotros quienes poseemos la verdad.

Ahora bien, hemos hecho poco énfasis en nuestro estilo de vida cuando, paradójicamente, es eso lo que prueba la validez de cualquier doctrina que creamos o sostengamos, ya que fue el mismo Maestro quien afirmó que seríamos conocidos por nuestros frutos.

Así pues, mi vida puede fácilmente contradecir mis creencias. Esto mostraría una clara inconsistencia e incoherencia, sin embargo, todo y ser malo no sería lo peor. Lo peor es cuántas personas no pueden acercarse a Jesús debido a ello.

Un principio

Confirmar con hechos las palabras.

Una pregunta

¿En qué modo tus creencias y tus vivencias concuerdan?


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