Funciones y responsabilidades del Varón como Sacerdote del Hogar
Parte 3:
“Para
Bendecir a su familia”
El hombre que conoce a Dios aprende a bendecir, a bendecir lo que
hace, a bendecir su trabajo, sus familias y se hace normal el
poder bendecir. Dios desde la creación no solo hizo todas las
cosas sino que al final dio su bendición.
“Y Dios los bendijo, diciendo: Fructificad y multiplicaos, y
llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la
tierra”. Génesis 1:22
“Y los
bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la
tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las
aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la
tierra”.
Génesis 1:28
La primer pregunta
que alguien se haría es ¿cómo puedo yo bendecir si no soy Dios?
Dios tiene poder y sus palabras tienen fuerza. La bendición de
Dios fue clara al expresar lo que éldeseaba de la creación: “Fructificad
y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y
señoread…”
Muchas bendiciones
las desconocemos y la mayoría de
las personas ignoran que esta bendición les alcanza. El varón
como sacerdote de Dios debe saber que ya ha sido bendecido por
Dios y al ser bendecido el también puede bendecir.
Gran
parte de ese privilegio se perdió cuando el hombre peco, pero
Dios ha ido restableciendo ese privilegio. Comenzando con Abraham
hasta nosotros que somos parte de la bendición de Abraham Dios
dijo:
“Y
haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu
nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a
los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las
familias de la tierra”. Génesis
12:2-3
Pablo nos recuerda esta
bendición de bendecir y ser benditos por Dios a través del nuevo
pacto con Jesucristo:
“Cristo
nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros
maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en
un madero, para
que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los
gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del
Espíritu).
Hermanos, hablo en términos humanos: Un pacto, aunque sea de
hombre, una vez ratificado, nadie lo invalida, ni le
añade”.
Gálatas 3:13-15
Esos
principios sacerdotales fueron aplicados por los
patriarcas:
“Y
Jacob se acercó, y le besó; y olió Isaac el olor de sus vestidos,
y le bendijo,
diciendo:
Mira, el olor de mi hijo, Como el olor del campo que Jehová ha
bendecido”
Génesis 27:27
Este
principio de bendición por medio de las
palabras fue usado para
bendecir desde los primero patriarcas. Bendecir es decir un bien
a algo o a alguien. El varón como sacerdote y padre de familia,
aprende a bendecir a sus hijos y a su
familia. Cuando el sacerdote salía
del tabernáculo lo hacía para bendecir al pueblo.
“Entonces
vendrán los sacerdotes hijos de Leví,
porque a ellos escogió Jehová tu Dios para que le sirvan,
y para
bendecir en el nombre de Jehová;
y por
la palabra de ellos se decidirátoda
disputa y toda ofensa”. Deuteronomio
21:5
Un
sacerdote del Dios altísimo bendice, sabe la bendición de
bendecir, y practica la bendición con su boca:
“Porque
este Melquisedec,
rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que salió a recibir a
Abraham que volvía de la derrota de los
reyes, y
le bendijo”. Hebreos
7:1
Es
importante que como sacerdote de nuestras familias
nos mantengamos bendiciendo a nuestros hijos y
esposa. Este es un principio
que Dios apoya y ensena. Jesus bendijo a los niños y a la
personas.
“Porque
de cierto os digo que cualquiera que dijere a
este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su
corazón, sino creyere que será hecho lo
que dice, lo
que diga le
será hecho”.Marcos
11:23
Jesus bendice a los
niños:
“Entonces
le fueron presentados unos niños, para que pusiese las manos
sobre ellos, y orase; y los discípulos les reprendieron.
Pero Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo
impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos. Y
habiendo puesto sobre ellos las manos, se fue de
allí”.
Mateo 19:13-15
Dios
nos ha capacitado y no ha delegado la responsabilidad de bendecir
a nuestros hijos y nuestras esposas. Como hijo de Dios tenemos
ese privilegio y es una responsabilidad mas para los
varones sacerdotes de su hogar. Pero más que un deber
y una responsabilidad es un honor ser el sacerdote de la
casa.
Escríbeme si estas siendo
bendecido por este ministerio.
Abdiel Salas
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