Viviendo y Orando en la Justicia de Dios

Orar es la actividad más importante en la que podrías comprometerte. Debe ser la primera prioridad en la lista de cosas. Un hombre justo hace buen uso de su tiempo y pone sus prioridades en la perspectiva correcta.

El Señor siempre actúa en justicia. La justicia significa una recta relación tanto con Dios como también con el prójimo.

Los que siguen a Dios viven de manera diferente a los malvados y, al final, tendrán tesoros mayores en el cielo.

Lo que los incrédulos e injustos poseen puede durar lo mismo que la vida…..Si tienen suerte. Lo que el creyente (justo) obtiene al seguir a Dios perdura para siempre.

Consideremos algunos términos:

Hombre justo: Es el que actúa con justicia. Todos los hombres y mujeres somos «injustos», porque pecamos contra Dios, y por lo tanto todos estamos en enemistad con Dios (Ro 3:23).

Justificación: Un acto restaurativo por el cual el pecador perdonado encuentra nuevamente el agrado de Dios al imputársele la justicia de Cristo (1Co 1:30)

Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo (Ro 5:1)

El hombre Justo en términos humanos: es aquel que por guardar los mandamientos de Dios contribuye a la paz y la prosperidad de sus semejantes. Siempre debe establecerse una íntima relación entre el servir a Dios y el trato que tenemos con los hombres

….. discerniréis la diferencia entre el justo y el malo, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve” [Mal 3:18]

Las buenas obras son naturales y espontáneas en el creyente

Veremos la Oración del Justo; su carácter y actitud en el Salmo 37

Una lectura cuidadosa del libro de los Salmos vitalizará la devoción y las oraciones del creyente.

El libro de los Salmos, es un tesoro de lectura y meditación, es muy apreciado por los cristianos y los judíos. Este salmo ha entrado en el Evangelio por la puerta grande de las Bienaventuranzas (Mt 5,5).

Bienaventurados los mansos, porque recibirán la tierra por heredad

Examinemos una parte de este Salmo:

V1 (1) No te impacientes…..Ni tengas envidia

No te impacientes a causa de los malignos, Ni tengas envidia de los que hacen iniquidad.

Cuando miramos alrededor vemos el mundo lleno de malhechores que florecen y viven con comodidad. Así se ha visto de antaño, por lo cual no debemos maravillarnos. Por esto somos tentados a angustiarnos, a pensar que es la única gente feliz, y tendemos a hacer como ellos; sin embargo, se nos advierte en contra.

V3 /27 (2) Confía y haz el bien

Confía en Jehová, y haz el bien; Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad …… Apártate del mal, y haz el bien, Y vivirás para siempre.

El mandamiento a amar y hacer el bien, significa mucho más que simplemente cambiar nuestros sentimientos acerca de la gente con la cual no nos llevamos bien. Y se refiere a aquellos cuyas acciones y palabras manifiestan odio hacia ti.

Jesús dice:

Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen.

Y orad por los que os ultrajan y os persiguen ( Mt 5:44)

V4 (3) Deléitate asimismo en Jehová

Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón.

Deléitate significa experimentar gran placer y gozarse en la presencia de alguien. Esto sucede únicamente cuando conocemos muy bien a esa persona. Por lo tanto, para deleitarnos en el Señor, debemos conocerle mejor. El conocimiento de su gran amor por nosotros nos dará deleite.

Cuando tú no te estás deleitando en el Señor, todos tus deseos son egoístas (aunque no te des cuenta), lo que tú quieres o deseas, aunque no lo ves son cosas que terminan lastimándote.

V5 (4) Encomienda …..Y confía en él

Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará.

Encomienda significa confiarle todo al Señor: vida, familia, trabajo y posesiones, para su control y dirección. Encomendarnos al Señor significa confiar y creer que El cuidará de nosotros mejor de lo que nosotros pudiéramos hacerlo.

Deberíamos estar dispuestos a esperar con paciencia para que El haga lo que es mejor para nosotros.

V7 (5) Guarda silencio….. Espera y no te alteres

Guarda silencio ante Jehová, y espera en él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino, Por el hombre que hace maldades.

No debe el justo enjuiciar demasiado pronto la situación, sino confiarse en Dios, aquietándose y esperando el momento de su intervención justiciera para poner las cosas en su punto.

V8 (6) Deja la ira, y desecha el enojo

Deja la ira, y desecha el enojo; No te excites en manera alguna a hacer lo malo.

No debe impacientarse y dejarse llevar del enojo, que sólo conduce al mal, pues corre el riesgo de interpretar indebidamente los caminos secretos de la gracia de Dios.

La ira y el disgusto (enojo) son dos de las emociones más destructivas. Revelan una falta de fe en que Dios nos ama y está al timón de nuestras vidas

V34 (7) Espera y guarda su camino

Espera en Jehová, y guarda su camino, Y él te exaltará para heredar la tierra; Cuando sean destruidos los pecadores, lo verás.

Es difícil esperar con paciencia la acción de Dios cuando queremos un cambio inmediato. Pero Dios promete que si nos sometemos a su tiempo, El nos exaltará.

Pedro el apóstol dice:

Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que El os exalte cuando fuere tiempo« (1Pe 5:6).

Sea paciente, haciendo con mansedumbre la obra que Dios le ha asignado, y permita que El decida el mejor momento para cambiar sus circunstancias.

La salvación del justo será obra del Señor. Él los ayudará a cumplir sus deberes, a llevar sus cargas; les ayudará a soportar bien sus problemas, y lograr el bien a través de ellos, y en el tiempo debido, los librará de sus problemas.

Vendrá un día cuando se agoten sus recursos propios y finalmente confiese:

“¡No puedo hacerlo!….. ¡No puedo seguir!”

Pero quien ha aprendido a confiar en el Señor, ese día no es diferente a cualquier otro, porque ha aprendido a acudir cada día a Dios.

Pero los mansos heredarán la tierra y se recrearán con abundancia de paz (Sal 37:11)

Bendiciones…..