Vivir confiando en DIOS TODOPODEROSO

Estimados foristas hice este escrito ya hace algún tiempo pero revisando mis apuntes lo encontré y considero de utilidad compartirlo con aquellos que no lo hayan leido en la primera oportunidad, deseo que sea de bendición para todos los que lo lean.

Gonzalo Arenas

¿Vivimos confiando en DIOS, o Vivimos confiando en nuestras propias habilidades?

Esta reflexión es muy difícil de contestar y la enfrentamos de continuo, ya que cuando decimos es que yo confió en Dios, nunca falta alguien que nos diga en tono de burla, si confía y seguro que te caerá el mana del cielo. En las situaciones cotidianas, las que si sabemos como resolver ¿también debemos confiar en Dios? Acaso en estas ocasiones si podemos confiar en la carne es decir en nuestras propias habilidades.

Considero que debemos confiar en Dios en todas las circunstancias de nuestra vida, y seguir la orientación de Dios, aprendiendo a escucharlo, eso no elimina que para seguir lo que nos dice Dios debemos hacer un esfuerzo propio, algo así como decían las abuelas a Dios rogando y con el mazo dando.

La diferencia está no en el accionar con nuestras propias fuerzas que eso es lo que hacemos en todas las circunstancias, la diferencia está en el criterio a seguir, caminamos de acuerdo a la confianza que depositamos en Dios, conforme a su criterio tal como lo expresa la Palabra o actuamos conforme a nuestro propio criterio, basados en nuestras habilidades y conocimientos, es decir actuamos bajo los impulsos de la carne.

He visto estos como algunos parámetros que me permiten determinar que tanto confió en Dios:
Es mi oración con el tiempo suficiente para que esté lleno mi espíritu, aquí prefiero no medir el tiempo de oración en minutos, prefiero medirlo en grado de satisfacción.
¿Acudo a Dios únicamente cuando la situación se ha salido de control?, o ¿acudo cuando la situación está perfectamente controlada y doy gracias por ello?.
¿Acudo a Dios en oración de forma cotidiana y regular?
¿Acaso agradezco a Dios por todo lo que tengo?, ya que todo proviene de ÉL y de su infinita misericordia.
¿Cuándo leo la Palabra, busco en oración consejo para mi vida cotidiana?
¿Cómo puedo calificar mi relación con Dios?

El confiar en Dios no es una actitud pasiva, está muy lejos de decir en forma contrita y humillada “haga lo que Dios quiera”, la confianza en Dios es activa, veamos la actitud de un hombre que confía en Dios como Daniel, cuando el rey Nabucodonosor decide por el convencimiento y la intriga de los sátrapas que gobernaban las provincias, arrojar a Daniel en el foso de los leones, no puedo imaginar a un Daniel sollozante, tembloroso y con miedo esperando a que se hiciera la voluntad de Dios, imagino a un joven lleno de confianza en Dios, entrando por su propio pies en el foso de los leones, rebosante de la seguridad que le da la oración al pedir algo así como: SEÑOR, líbrame de las fauces de estas fieras, no por mi seguridad, lo pido por tu Gloria, todos saben que yo desafié el edicto del rey pues al único que le debo adoración es a ti mi SEÑOR, al DIOS omnipotente al DIOS de Israel al que es toda la gloria y majestad, de forma que al salvarme tu NOMBRE sea glorificado, este tipo de oración no es la de un pusilánime, es la de un hombre de acción con plena confianza en Dios.
Y todos conocemos la historia Daniel sale con bien del foso de los leones, sin haber sufrido el mínimo daño y declarando no haber sido culpable de falta delante de Dios, ni delante del rey.

Afortunadamente ya no hay fosos con leones físicos, pero siguen existiendo para todos nosotros los fosos de leones que pueden ser problemas mas grandes o mas chicos pero problemas al fin, es en estos casos cuando debemos depositar nuestra confianza en Dios y como hemos dicho mas arriba si estamos acostumbrados a confiar en Dios en todas las circunstancias de nuestra vida, esta es solo una situación en que seguimos confiando en Dios y pidiendo con mas ahínco. Nunca estamos a salvo de las dificultades y de los problemas pero dice la Palabra en el Salmo 34 4 “4Busqué a Jehová, y él me oyó, y me libró de todos mis temores.” Mas adelante dice el Salmo 34:19 y siguientes “19 Muchas son las aflicciones del justo, Pero de todas ellas le librará Jehová. 20El guarda todos sus huesos; Ni uno de ellos será quebrantado. 21Matará al malo la maldad, Y los que aborrecen al justo serán condenados. 22Jehová redime el alma de sus siervos, Y no serán condenados cuantos en él confían”.

Cuando confiamos plenamente en Dios, Nuestro Señor Jesucristo se encarga en forma personal de resolver el problema, recordemos que la Palabra dice que depositemos nuestra carga a los pies de Cristo. Mateo 11:28 “28Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar que mayor promesa que esta que nos hace personalmente Nuestro Señor y Salvador, tomemos su palabra con confianza en que ËL cumple sus promesas y nos sacará del problema sin daño lo dice la Palabra, recordemos las promesas son condicionadas y Dios siempre cumple su parte nosotros debemos también cumplir nuestra parte y esta es que adicional a la confianza en Dios, no ser indolentes ni ser indiferentes,

En opinión de Norbert Lieth debemos tener un comportamiento que se adecué a estas siete reglas que menciona:
1. Que en nosotros halle lugar el Espíritu Santo, debemos estar bajo el señorío del Espíritu Santo y fortalecernos en ÉL así lo dice la Palabra en Efesios 5: 18 y siguientes “18No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, 19hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; 20dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.”
2. Lo que nos distingue como instrumentos de Dios no es nuestra inteligencia o buenas maneras sino el Santo Espíritu de Dios que mora en nosotros, lo dice la Palabra en Romanos 8:1 “1Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu”.
3. Por el Espíritu Santo que obra en nosotros, inevitablemente se producirán los frutos del Espíritu Santo Gálatas 5:22 y siguientes “22Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. 24Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.25Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. 26No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros.”
4. Tener a Dios delante de nuestros ojos, así como Daniel tenía una ventana de su habitación abierta en dirección a Jerusalén, nosotros debemos tener una ventana espiritual abierta en nuestro corazón para ver a Jesús y a sus promesas delante de nuestros ojos espirituales. Salmo 34:4 y siguientes “4Busqué a Jehová, y él me oyó, Y me libró de todos mis temores. 5Los que miraron a él fueron alumbrados, Y sus rostros no fueron avergonzados. 6Este pobre clamó, y le oyó Jehová, Y lo libró de todas sus angustias.”
5. Al tener a Dios delante de nosotros estamos en oración y alabanza continua a Dios, como dice 1° Tesalonicenses 5: 17 “17Orad sin cesar. 18Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús. 19No apaguéis al Espíritu.” Esto se refuerza en Efesios 6:18 “18orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos”.
6. Lo que obtenemos de la comunión con el Señor nos hace fuertes en la lucha de fe diaria. ¡Cuantos cristianos en la vida cotidiana no pueden resistir, o sucumben a las tentaciones y no tienen victoria, porque no tienen una comunión real con el Señor!
7. De la relación con el Señor en la oración se obtiene la capacidad para el servicio. La capacitación para el servicio no viene, en primera instancia, de nuestra inteligencia o de nuestras habilidades, viene de la oración.

Del mal seremos guardados si confiamos en Dios, lo dice la Palabra en el Salmo 25: 3 “3Ciertamente ninguno de cuantos esperan en ti será confundido; Serán avergonzados los que se rebelan sin causa.”
Hebreos 10: 35 “35No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; 36porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.”

Tener plena confianza en Dios no es una actitud pasajera, es una relación que debemos cultivar todos los días de nuestra vida, y de verdad que no es fácil hacerlo pero vale mucho la pena el hacerlo.


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