Continuamos con la lectura del libro de 1ra. de Samuel, hoy con el capitulo 30 que trata un solo tema como,David derrota a los amalecitas.
Padre nuestro, te alabamos y te adoramos, en este día nos ponemos en tus manos para que nos guíes en la lectura diaria y que todo el conocimiento que nos reveles podamos utilizarlo para la edificación de tu reino, te pedimos que cubras este foro por el cual llevamos tu palabra por el mundo y guárdanos de todo mal, te lo pedimos en el nombre de Jesús amen.
1ra. de Samuel
Capítulo 30
David derrota a los amalecitas
30:1 Cuando David y sus hombres vinieron a Siclag al tercer día, los de Amalec habían invadido el Neguev y a Siclag, y habían asolado a Siclag y le habían prendido fuego.
30:2 Y se habían llevado cautivas a las mujeres y a todos los que estaban allí, desde el menor hasta el mayor; pero a nadie habían dado muerte, sino se los habían llevado al seguir su camino.
30:3 Vino, pues, David con los suyos a la ciudad, y he aquí que estaba quemada, y sus mujeres y sus hijos e hijas habían sido llevados cautivos.
30:4 Entonces David y la gente que con él estaba alzaron su voz y lloraron, hasta que les faltaron las fuerzas para llorar.
30:5 Las dos mujeres de David, Ahinoam jezreelita y Abigail la que fue mujer de Nabal el de Carmel, también eran cautivas.
30:6 Y David se angustió mucho, porque el pueblo hablaba de apedrearlo, pues todo el pueblo estaba en amargura de alma, cada uno por sus hijos y por sus hijas; mas David se fortaleció en Jehová su Dios.
30:7 Y dijo David al sacerdote Abiatar hijo de Ahimelec: Yo te ruego que me acerques el efod. Y Abiatar acercó el efod a David.
30:8 Y David consultó a Jehová, diciendo: ¿Perseguiré a estos merodeadores? ¿Los podré alcanzar? Y él le dijo: Síguelos, porque ciertamente los alcanzarás, y de cierto librarás a los cautivos.
30:9 Partió, pues, David, él y los seiscientos hombres que con él estaban, y llegaron hasta el torrente de Besor, donde se quedaron algunos.
30:10 Y David siguió adelante con cuatrocientos hombres; porque se quedaron atrás doscientos, que cansados no pudieron pasar el torrente de Besor.
30:11 Y hallaron en el campo a un hombre egipcio, el cual trajeron a David, y le dieron pan, y comió, y le dieron a beber agua.
30:12 Le dieron también un pedazo de masa de higos secos y dos racimos de pasas. Y luego que comió, volvió en él su espíritu; porque no había comido pan ni bebido agua en tres días y tres noches.
30:13 Y le dijo David: ¿De quién eres tú, y de dónde eres? Y respondió el joven egipcio: Yo soy siervo de un amalecita, y me dejó mi amo hoy hace tres días, porque estaba yo enfermo;
30:14 pues hicimos una incursión a la parte del Neguev que es de los cereteos, y de Judá, y al Neguev de Caleb; y pusimos fuego a Siclag.
30:15 Y le dijo David: ¿Me llevarás tú a esa tropa? Y él dijo: Júrame por Dios que no me matarás, ni me entregarás en mano de mi amo, y yo te llevaré a esa gente.
30:16 Lo llevó, pues; y he aquí que estaban desparramados sobre toda aquella tierra, comiendo y bebiendo y haciendo fiesta, por todo aquel gran botín que habían tomado de la tierra de los filisteos y de la tierra de Judá.
30:17 Y los hirió David desde aquella mañana hasta la tarde del día siguiente; y no escapó de ellos ninguno, sino cuatrocientos jóvenes que montaron sobre los camellos y huyeron.
30:18 Y libró David todo lo que los amalecitas habían tomado, y asimismo libertó David a sus dos mujeres.
30:19 Y no les faltó cosa alguna, chica ni grande, así de hijos como de hijas, del robo, y de todas las cosas que les habían tomado; todo lo recuperó David.
30:20 Tomó también David todas las ovejas y el ganado mayor; y trayéndolo todo delante, decían: Este es el botín de David.
30:21 Y vino David a los doscientos hombres que habían quedado cansados y no habían podido seguir a David, a los cuales habían hecho quedar en el torrente de Besor; y ellos salieron a recibir a David y al pueblo que con él estaba. Y cuando David llegó a la gente, les saludó con paz.
30:22 Entonces todos los malos y perversos de entre los que habían ido con David, respondieron y dijeron: Porque no fueron con nosotros, no les daremos del botín que hemos quitado, sino a cada uno su mujer y sus hijos; que los tomen y se vayan.
30:23 Y David dijo: No hagáis eso, hermanos míos, de lo que nos ha dado Jehová, quien nos ha guardado, y ha entregado en nuestra mano a los merodeadores que vinieron contra nosotros.
30:24 ¿Y quién os escuchará en este caso? Porque conforme a la parte del que desciende a la batalla, así ha de ser la parte del que queda con el bagaje; les tocará parte igual.
30:25 Desde aquel día en adelante fue esto por ley y ordenanza en Israel, hasta hoy.
30:26 Y cuando David llegó a Siclag, envió del botín a los ancianos de Judá, sus amigos, diciendo: He aquí un presente para vosotros del botín de los enemigos de Jehová.
30:27 Lo envió a los que estaban en Bet-el, en Ramot del Neguev, en Jatir,
30:28 en Aroer, en Sifmot, en Estemoa,
30:29 en Racal, en las ciudades de Jerameel, en las ciudades del ceneo,
30:30 en Horma, en Corasán, en Atac,
30:31 en Hebrón, y en todos los lugares donde David había estado con sus hombres.
Notas:
1 Samuel 30:5 Ahinoam… y Abigail: Cf. 1 S 25.41-43.
1 Samuel 30:7 Abiatar: Véase 1 S 22.20.
1 Samuel 30:7 El efod: Véase 1 S 21.9.
1 Samuel 30:9 Se ignora la localización exacta del torrente de Besor, pero seguramente se encontraba en las cercanías de Siclag, al sudoeste de Beerseba (véase Índice de mapas).
1 Samuel 30:14 El nombre cereteos designa probablemente a un grupo originario de la isla de Creta y emparentado con los filisteos (cf. Ez 25.16). En 2 S 8.18; 1 R 1.38 se menciona a los cereteos y peleteos como miembros de la guardia personal de David.
1 Samuel 30:24 Este v. evoca la costumbre de dejar un grupo de hombres al cuidado del bagaje (cf. 1 S 25.13). Después de la victoria, a estos también les correspondía una parte del botín de guerra (cf. Nm 31.26-27; Jos 22.8).
1 Samuel 30:27 Bet-el: El contexto geográfico parece indicar que se trata de Betul, localidad de la región de Judá (Jos 19.4), y no de la célebre ciudad situada en las fronteras de Benjamín y Efraín (véanse Gn 12.8 n.; 28.17.).
1 Samuel 30:31 Las exitosas campañas de David aumentaron su popularidad entre los pobladores del sur de Palestina e hicieron que fuera aceptado rápidamente como rey de Judá (cf. 2 S 2.1-4).
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