La oscuridad no es la ausencia de las cosas, sino la imposibilidad de verlas. Lo que no vemos está ahí, a nuestro alrededor. Los mismos colores, las mismas formas y estructuras, pero nos roba la posibilidad de apreciarlas como deberíamos. Y es ahí donde hace un jueguito un poco sucio: algunos que se encuentran en un momento oscuro o rodeado de oscuridad, prefieren aferrarse a la impresión de que las cosas se han perdido, pero ¿es así? ¡Claro que no!
Sí, es más fácil caminar con luz. Pero ante la ausencia de ella, aunque tropecemos par de veces (porque las cosas están ahí, ¿recuerdas?), decidamos avanzar. Inventemos el fuego.
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Fausto Liriano • www.veldugo01.com
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