129- POST PATERNO

En medio de mi lucha con la gripe me recordé que una vez dije que escribiría sobre mi experiencia paterna de los primeros días. No lo hice, quizás en dos o tres ocasiones. Las razones:
1- Nunca nos trasnochamos, salvo en estos dos últimos días donde Benjamín está aprendiendo a dormir sólo en su cuarto.
2- Nunca he sentido a «mayor profundidad» el amor de Dios a través de ser padre.
3- La experiencia paterna ha sido única, pero todavía no creo que tenga nada de lo que no se haya escrito antes.

De Benjamín si he aprendido muchas cosas: como a contemplar todo como si fuese nuevo cada vez que lo vea y disfrutarlo, o a mirar con ojos de confusión la vida y luego pensar en lo avistado, a reírme un poco más, a no tomarme todo tan en serio. Otras cosas las he observado para no hacerlas (como tirarme pedos delante de la gente, a veces lo hago pero nadie se da cuenta… creo), pero observar a mi hijo me ayuda a ver cómo yo debería ser y cómo fui antes de que la humanidad violara mi integridad.

Los niños no pueden ocultar lo que sienten, capacidad que hemos adquirido en la vida y de la que nos enorgullecemos como adultos, y su cara refleja exactamente lo que les pasa dentro. Así que aprovecharé que hasta ahora mi hijo no puede ser hipócrita conmigo.


Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.