te ruego que acudas a Mí ahora y contemples Mi rostro.
¿Qué ves? Mira atenta y detenidamente.
¿Ves en Mi mirada condenación o enojo? No.
Mis ojos no reflejan sino amor, ternura y perdón para ti.
En las manos que te extiendo, ¿notas alguna intención de colocar sobre
ti pesos de culpa, condenación y remordimiento?
¿Es eso lo que te traigo en Mis manos? En modo alguno.
Mira bien. Mis manos fueron traspasadas por clavos.
Lo que traigo en ellas es perdón, pues ya pagué por ti.
Ya cargué con todos tus pecados: los pasados y los futuros.
Ya tomé sobre Mí tus pecados.
Desde este momento levanto de ti el peso de la culpa,
el remordimiento y la condenación.
En este momento levanto esa carga de tu pecho y coloco en su lugar
una blanca paloma de perdón.
Sustituyo esa carga por el bálsamo de Mi amor y comprensión.
La sustituyo por la sangre que derramé por ti en el Calvario cuando
entregué la vida para que hallaras perdón, libertad y paz interior
y te libraras de la carga que supondría tener que expiar tú misma
tus pecados.
Te ruego que aceptes esa blanca paloma del perdón, el bálsamo de Mi amor
y el poder curativo de la sangre que derramé por ti.
¿No comprendes que desde este mismo momento hay paz para ti?
pecados según las riquezas de Su gracia
Efesios 1:7
para el perdón de los pecados.
Mateo 26:28
el perdón de los pecados;
Hechos 13.38
a la luz, y del dominio de Satanás a Dios, para que reciban,
por la fe en Mí, el perdón de pecados y herencia entre los que
han sido santificados.’
Hechos 26:18
Colosenses 1:14
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