Amar a Dios no es fácil, conocer a Dios tampoco es fácil de hecho
es complicado, pero tener el deseo de amarle y servirle con todo
nuestro corazón es casi un imposible. Realmente pasamos la mayor
parte de nuestra vida luchando con nosotros mismos. Buscamos y
buscamos y no encontramos la fórmula secreta de la que
hablan la mayoría de las religiones. Para darnos cuenta muy tarde
en la vida que no hay fórmula secreta para conocer a Dios.
La mente contiene nuestros pensamientos, ideas, emociones,
sentimientos, gestos y características personales, además de
gustos. Amar a Dios y servirle es rendir lo que puede ser
cambiado de nosotros a la manera de Dios y no a la manera de
nosotros mismos.
La mente es el centro de operaciones de nuestra vida. En ella se
concentran las decisiones, las emociones y creencias. Desde que
tomo una idea y la proceso en mi mente decido si la guardo
o la desecho.
Es la mente la que decide guardar cosas de manera más profunda,
la biblia le llama el corazón. Peo existen cosas que pasan
directamente al corazón, es decir tiene nuestro permiso de pasar
directamente al corazón. Podemos decir que lo hicimos sin pensar
pero realmente si llegaron a pasar por nuestra mente.
Posiblemente no planeaste pecar pero si paso por tu mente la idea
antes de pecar. Amar a Dios por lo tanto es primeramente una
decisión y posteriormente se convierte en emoción. Amar a Dios en
nuestra mente es tener siempre presente quien es Dios. Es
entregar cada pensamiento para servir a Dios y reconocerle por lo
que él es y hace en nuestra vida.
¿Quieres amar a Dios y servirle con todo tu corazón y con toda tu
mente?
Rinde todos tus pensamientos a él hoy, pídele perdón si has
pecado y si te sientes alejado solo pídele que te abrace, él
siempre ha estado a tu lado.
¡Bendiciones!
Escrito por Abdiel Salas.
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