“En Cristo también fuimos hechos herederos, pues
fuimos predestinados según el plan de aquel que hace todas las
cosas conforme al designio de su voluntad”. Efesios 1:11
(NVI)
Todos los hijos de Dios hemos heredado un propósito, hemos
heredado un destino, pero solo estando centrados en Cristo
podemos entender ese propósito. En muchas iglesias se nos ensena
a perfeccionarnos a nosotros mismos con esfuerzos humanos. Es
decir con la mente carnal y con esfuerzos. Nos preocupamos tanto
por los resultados que se nos olvida que la voluntad de Dios
siempre se cumple.
Enfócate en
Cristo:
Hoy en día nos preocupamos más por el resultado que por conocer
la voluntad de Dios. La vida cristiana tiene muchos altibajos,
pero estos están dentro del propósito y voluntad de Dios. ¿Tú me
preguntaras, entonces mi divorcio, mi sufrimiento fue planeado
por Dios?. ¿Entonces mi mala fortuna, mi desgracia, mi enfermedad
fue planeada por Dios?
La respuesta es un sí rotundo. La respuesta es que Dios cambia
toda tragedia en bendición cuando estas centrado en lo que Dios
quiere para ti. Decirle a Dios que mi enfermedad o mi tragedia no
están en sus planes es decirle a Dios que él no es Dios. Todas
las tragedias de José fueron en bendición porque él siempre se
centró en la voluntad de Dios y no en sus propios pensamientos.
Por una
herencia no se trabaja:
Según las palabras de Pablo en Efesios 1, nuestro propósito es
heredado, no es ganado con esfuerzos. Mucho menos te lo mereces,
es ya una herencia. Es decir no necesitas trabajar por lo que ya
recibiste de herencia. Para una herencia no se trabaja si no, no
fuera herencia, sería un salario o un pago.
“Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de
ellos, y dijo: De cierto os digo, que si no os
volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los
cielos. Así que, cualquiera que se humille como
este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos”. Mateo
18:2-4
En Cristo hemos heredado ya un destino según el plan de Dios.
Esto nos lleva a entender que no podemos ni debemos trabajar por
un lugar en el reino. ¡Ese lugar ya está ganado, ya está dentro
del plan de Dios, nadie te lo puede ganar, nadie te lo puede
arrebatar!.
El sistema del mundo nos ensena que no podemos recibir nada sin
esfuerzo, es decir todo se lo debemos a nuestro esfuerzo. En lo
natural eso significa trabajar en la carne y a la carne le gusta
dominar. Esto es un error ya que el destino en Dios no se gana
con esfuerzo.
Preparación de
rey:
No estoy hablando que no hagas nada, la biblia dice que el que no
trabaje, que no coma. A lo que me refiero es que la biblia
también dice que si Dios no vela la casa, en vano trabajan los
que la edifican.
No te sientes solo a recibir la herencia, prepárate para tu
herencia, necesitas saber cómo administrar tu herencia. En otras
palabras como hijo de Dios tu deber es aprender a ser hijo de
Dios, aprender a ser hijo del Rey. En un reinado todos los hijos
de reyes son preparados para ser príncipes y para la realeza.
Otra vez te lo digo, no es en tus fuerzas que ganas la bendición
de Dios, es una herencia y debe administrarse con sabiduría que
viene de Dios. Tu deber es conocer la vida de los reyes hijos de
Dios.
En situaciones tal vez el proceso de aprendizaje sea doloroso,
tal vez el proceso sea con vacilaciones. Recuerda que Jesús pasó
por el proceso de Getsemaní, si estudias el pasaje, Jesús no
venció con sus fuerzas, el venció en el Espíritu.
«Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para
salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin
saber a dónde iba». Hebreos 11:8
Nadie puede juzgarte porque no te pareces a otros cristianos y no
crees lo que creen las mayorías. Nadie puede juzgarte porque no
te amoldas a las mayorías. Cuando has vencido Dios te da la
seguridad de que has vencido, Dios te da la seguridad que estas
en el plan perfecto y en la perfecta voluntad de Dios.
¡Nada ni nadie te puede separar del amor de Dios!
¡Bendiciones!
Escrito por Abdiel Salas.
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