BATALLA DE LA MENTE PARTE II

Tomado de: Harvestime International Institute
Instituto Internacional Tiempo de Cosecha
3092 Sultana Dr.
Madera, California 93637,
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LA CARNE:

Anteriormente estudiaste sobre la carne como una fuerza espiritual del mal. Satanás usa la carne para combatir contra la mente:

“Pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros” (Romanos 7:23).

Satanás usa tu misma boca, tus ojos, oídos, e incluso tus sentidos del tacto y olfato para fomentar pensamientos malvados en tu mente.

CEGAR LAS MENTES DE LOS NO CREYENTES:

Satanás obra en las mentes de los no creyentes para cegarlos a la verdad del Evangelio:

“Esto es, entre los incrédulos, a quienes el dios de este mundo les cegó el entendimiento, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios” (2 Corintios 4:4).

DEPRESIÓN:

Estar deprimido es estar triste, bajonado, desanimado, o de bajo espíritu. Incluye sentimientos de desesperanza, desaliento, y abatimiento. La depresión puede llevar a pensamientos suicidas o al suicidio debido a los sentimientos de desesperanza que producen una pena mental incontrolable, dolor, y llanto.

Algunas veces Satanás usa situaciones de la vida para guiar a la depresión. Por ejemplo, una gran pérdida o un temor de pérdida, ira reprimida, baja autoestima, expectativas no cumplidas, y una actitud negativa pueden todas ser usadas para causar depresión. En Proverbios 24:10 somos advertidos sobre “ser débiles en el día de la adversidad” (circunstancias problemáticas o atribuladas).

Algunas veces la depresión es causada por las actitudes negativas de aquellos alrededor de nosotros mediante los cuales Satanás opera. En Deuteronomio 1:28 el pueblo de Dios admitió “nuestros hermanos han desanimado nuestro corazón”.

Leemos en Números 21:4 que el alma del pueblo de Dios estaba muy desanimada. El Rey David con frecuencia reflejó desaliento en sus Salmos (ver el Salmo 69 por ejemplo). El Apóstol Pablo también tuvo tiempos de profunda depresión:

“Hermanos, no queremos que ignoréis acerca de la tribulación que nos sobrevino en Asia, pues fuimos abrumados en gran manera más allá de nuestras fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida” (2 Corintios 1:8).

Si no conquistas la depresión puede llevarte a la opresión por espíritus satánicos. Esta es una forma profunda de depresión donde Satanás gana más poder restrictivo sobre la mente.

DESALIENTO:

Desaliento significa “estar sin aliento”. Satanás quiere desalentarte porque si estás “sin aliento”, eres inefectivo en la guerra.

AISLAMIENTO:

Otra manera en la que Satanás ataca la mente es mediante el aislamiento. El propósito de esta estrategia es aislarte del resto del Cuerpo de Cristo. Puesto que los creyentes funcionan juntos en el ministerio como un cuerpo, el aislamiento te hace no-funcional. Ejemplos de hombres de Dios que fueron atacados mentalmente por Satanás y se aislaron son Elías (1 Reyes 19) y Jonás (Jonás 4:5-11).

MOTIVOS IMPROPIOS:

Un motivo es tu razón para hacer algo. Los motivos son importantes porque aunque el hombre mira las apariencias exteriores (acciones), Dios mira el corazón:

“Pero Jehová respondió a Samuel: —No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre, pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón” (1 Samuel 16:7).

Pero Jesús no se sometió a Sí mismo a ellos, porque Él conocía a todos los hombres.

“Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque los conocía a todos; y no necesitaba que nadie le explicara nada acerca del hombre, pues él sabía lo que hay en el hombre” (Juan 2:24-25).

Muchas personas entran en el ministerio cristiano por las razones equivocadas. Dios está más interesado en los motivos que en el ministerio. Aquí es donde tú debes colocar tus preocupaciones también, porque cuando los motivos son apropiados entonces el ministerio seguirá naturalmente. Tus motivos para el ministerio deben ser apropiados:

“Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey” (1 Pedro 5:2-3).

Debes entrar en el ministerio de buena voluntad, no debido a las ventajas y beneficios del oficio, no como un dictador, sino como un ejemplo. Satanás tratará de crear motivos equivocados para el servicio cristiano poniéndolos sutilmente en tu mente. Satanás provoca motivos equivocados para desear el poder de Dios. Puedes encontrar un ejemplo de ello en Hechos 8:18-23 en la historia de un hombre llamado Simón.

Puedes tener motivos vindicatorios para tus acciones (vindicativo significa que quieres castigar a alguien que te ha hecho mal o de quien no gustas). Ejemplos bíblicos incluyen a los discípulos queriendo ordenar que descienda fuego del cielo (Lucas 9:54) y a Jonás queriendo a Nínive destruida (Jonás 4).

David también tuvo un motivo incorrecto al contar al pueblo:

“Se levantó Satanás contra Israel e incitó a David a que hiciera censo del pueblo” (1 Crónicas 21:1).

ACTITUDES Y EMOCIONES EQUIVOCADAS:

Satanás provoca actitudes equivocadas hacia otros. Él inserta dardos encendidos de envidia, celos, sospechas, falta de perdón, desconfianza, ira, odio, intolerancia, prejuicio, competencia, impaciencia, juicio, crítica, codicia, y egoísmo.

También trata de provocar actitudes incorrectas de avaricia, descontento, orgullo, vanidad, ego, importancia, arrogancia, intelectualismo, y auto-justificación. Malas actitudes llevan a emociones equivocadas y ambas proceden de tus pensamientos.

Estas actitudes y emociones te vuelven inefectivo en la guerra espiritual. Por ejemplo, Santiago 4:6 indica que “Dios resiste al orgulloso”. Cuando estás lleno de orgullo, estás en batalla contra Dios.

REBELIÓN:

Satanás también introduce pensamientos rebeldes dentro de tu mente. Rebelión es desobediencia voluntaria contra la autoridad de Dios. La rebelión incluye terquedad, obstinación y desobediencia. Recuerda que la rebelión fue el pecado original de Satanás. Sus cinco declaraciones demostraron su rebelión (Isaías 14:12-14). El espíritu de “yo…” es una manera de reconocer el obrar de Satanás mediante la rebelión.

ACUSACIÓN Y CONDENACIÓN:

Satanás es llamado “el acusador de los hermanos” (Apocalipsis 12:10). El envía dardos encendidos de acusación a tu mente, haciéndote sentir inferior y condenándote. Te dará sentimientos de culpa, vergüenza, indignidad y vergüenza.

Una buena manera de marcar la diferencia entre la convicción del Espíritu Santo y la condenación de Satanás es recordar que Satanás siempre generaliza. Por ejemplo, él habla dentro de tu mente algo como esto: “tú no eres bueno”, “no puedes vivir una vida cristiana”, “Dios no puede amarte porque tú eres un gran pecador”.
Cuando el Espíritu Santo te está redarguyendo, Él es específico. Por ejemplo, Él llama tu atención a que tienes un problema con el enojo o la deshonestidad, etc.


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