Determinación Para Completar la Conquista


Lectura del día:        Jueces 1:1- 3:6; 17:1-13
Verso Central   Jueces 2:3
Pues quiero que sepan que no expulsaré de la presencia de ustedes a esa gente;  ellos les harán la vida imposible,  y sus dioses les serán una trampa.» (NVI)
Toma determinación el poder hacer nuestras las promesas de Dios para nuestra vida. Eso fue lo que le falto al pueblo de Dios, determinación ver toda la tierra conquistada. El territorio que no se conquisto por completo, y donde permitió que los antiguos habitantes continuaran viviendo, llegaron a convertirse en piedras de tropiezo, en limitantes y ataduras para los hijos de Dios. El ángel del Señor subió de Guilgal a Boquín y dijo: “Yo los saqué a ustedes de Egipto y los hice entrar en la tierra que juré darles a sus antepasados.  Dije: Nunca quebrantaré mi pacto con ustedes; ustedes,  por su parte,  no harán ningún pacto con la gente de esta tierra,  sino que derribarán sus altares.  ¡Pero me han desobedecido!  ¿Por qué han actuado así? Pues quiero que sepan que no expulsaré de la presencia de ustedes a esa gente;  ellos les harán la vida imposible,  y sus dioses les serán una trampa.» (Jueces 2:1-3 NVI) Los hijos de Israel no pudieron, o más bien perdieron la pasión original, y se cansaron de pelear, y le fue más fácil dejar a sus enemigos habitar en la tierra de la promesa. Dios les había dado en promesa toda la tierra prometida, mas los hijos de Dios deberían de tomar las armas y conquistar esa tierra. La tierra no se les daría sin que ellos se levantaran y la conquistaran. Este mismo principio se aplica a las promesas de Dios para nuestras vidas, el hecho de que Dios nos ha prometido algo, no significa que no tengamos que esforzarnos para hacerlo nuestro. Por el contrario su promesa es lo que nos debe motivar a esforzarnos hasta ver la promesa hecha una realidad. Al principio ellos mostraron determinación y obediencia a la palabra de Dios, y con fe en sus promesas, conquistaron la mayoría del territorio, pero no fueron diligentes en conquistar totalmente todas las áreas que Dios les había dado. Fueron negligentes en completar la conquista, ya que dejaron algunas áreas sin conquistar. El motivo fue que algunas de las naciones eran más fuertes que otras, otras por otro lado, estaban arraigadas, o tenían en posesión territorio que era muy estratégico, y que los hijos de Dios no conquistaron completamente. Lo que ocurrió con el pueblo de Dios en la historia de la conquista ilustra perfectamente la vida de muchos cristianos. Nosotros al igual que ellos hemos recibido en promesa la vida victoriosa. Dios nos ha prometido una vida abundante,…yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia. (Juan 10:10) Dios ha prometido llevarnos de victoria en victoria, Sin embargo,  gracias a Dios que en Cristo siempre nos lleva triunfantes y,  por medio de nosotros,  esparce por todas partes la fragancia de su conocimiento. (2Co 2:14 NVI) Esta es nuestra herencia y nuestra posición en Cristo, sin embargo, si nosotros al igual que los hijos de Dios, ya sea por negligencia, apatía, o falta de disciplina fallamos en hacer nuestras estas promesas, al igual que ellos sufriremos las consecuencias de nuestra falta de determinación. ¿Cuáles fueron algunas de las consecuencias en el pueblo de Dios de no hacer una conquista completa? Abandonaron al Señor,  y adoraron a Baal y a las imágenes de Astarté. Entonces el Señor se enfureció contra los israelitas y los entregó en manos de invasores que los saquearon.  Los vendió a sus enemigos que tenían a su alrededor,  a los que ya no pudieron hacerles frente. (Jueces 2:13-14 NVI) Al leer esta historia nos damos cuenta de la importancia de la determinación para conquistar todo lo que el Señor nos ha prometido. Además también resalta, la lucha que tenemos con la vieja naturaleza, es importante que con determinación, día a día, hagamos morir nuestra carne. También es importante que tengamos una actitud determinada para que podamos cumplir el plan de Dios para nuestras vidas, no porque Dios nos ha prometido algo debemos de esperar que él lo haga sin nuestra participación, por el contrario su promesa nos debe motivar a luchar de tal manera que podamos conquistar todo lo que nos ha prometido.
Ora
  • Pedir al Espíritu que nos muestre las cosas en nuestra vida que no han sido conquistadas.
  • Por fe traer a la cruz, esas cosas que nos estorban de nuestra carne y “hacerlas morir” para que vivamos en la victoria de Cristo d
ción:                                                                                                                             
  • iariamente.
  • Renovar nuestras fuerzas en el Señor para la conquista.
  • Pedir una actitud de perseverancia para ser personas conquistadoras.


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