Dios Ama al…..

Amado amigo y lector:

Dios ama al que es manso.

Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad (Mat 5:5).

Dios ama a los que tienen hambre y sed de justicia.

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados (Mat 5:6).

Dios ama al que está Dispuesto a padecer persecución por causa de la justicia.

Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos (Mat 5:10).

Dios ama al que es limpio de manos y puro de corazón.

El limpio de manos y puro de corazón; El que no ha elevado su alma a cosas vanas, Ni jurado con engaño (Sal24:4).

Dios ama al que guarda Sus mandamientos.

Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado (1Jn 3:24).

Dios ama al que está dispuesto a ponerse en la brecha.

Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé (Eze 22:30).

Dios ama al que ama la verdad y la declara.

Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios (1Jn 3:21).

Dios ama al que está dispuesto a dar su vida por sus amigos.

Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos (1Jn 15:13).

Si aprendes nada de Dios, …simplemente, ¡Dios no te usará!

Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo (Mat 5:11).

Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas (Stg 1:2).

El apóstol Pablo escribió trece libros del Nuevo Testamento, tuvo un verdadero “encuentro personal con Jesús”, ascendió al cielo a visitarlo, revolucionó al mundo, y aún con todas esas cartas de presentación, terminó sus días esmerándose por ocupar cada segundo de su vida en servir a Cristo.

Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús (Flp 3:13-14).

Bendiciones…..


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