Carlos, en vez de responder a tu último comentario lleno de ignorancia en el que culpas a Dios de nuevo del hambre en el mundo, voy a responderte con un artículo para que sea más fácil que todos los lean. Repites incesantemente como un loro igual que muchos otros lo que lees del ateo Richard Dawkins, los cuales son solo sus marionetas. ¿Te das cuenta del papel que haces?
Escúchame bien. En vez de tener la osadía de insultar a Dios como lo haces y echarle la culpa de lo que es en realidad culpa de gente como tú y otros, más bien debería caersete la cara de vergüenza. De modo que te preocupas mucho de los niños que se mueren de hambre ¿eh? Si tanto te preocupan esos niños ¿qué haces para remediar la situación? ¿A cuantos niños mantienes? Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve . . . ? Si no mantienes por lo menos cinco, cállate. Es muy barato mantener niños en paises del tercer mundo. El la culpa de los hombres si se mueren de hambre.
En mi iglesia hay una pareja que de verdad se preocupa de los niños hambrientos y despues de que fueron de voluntarios a Haití durante diez años y vieron las condiciones de vida, decidieron hacer algo al respecto. Se dieron cuenta que en los países occidentales hay mucho dinero y despilfarro por lo que empezaron a hablarnos a todos de un proyecto para ayudar a estos niños. Primero oraron al Señor para que pusiera la misma carga por esos niños en otros creyentes. El proyecto era abrir una escuela para enseñar a estos niños lo necesario para obtener una buena educación y tener lo necesario en la vida. Parte de la educación es conocer la Palabra de Dios para hacerse hijos de Dios y enseñandoles que el Señor siempre provee para sus hijos todo lo necesario y dándoles dos comidas diarías además de un commplejo vitamínico. Todos nos apuntamos y ahora tenemos una escuela estupenda en Haití. ¿Cuantas cosas así haces tú? ¿A cuantos niños mantienes?
Otro creyente de verdad preocupado por los niños hambrientos de la India empezó otro ministerio para ayudarlos. Ahora hay miles de niños que ya no se mueren de hambre en ese país. Gracias a cientos de ministerios basados aqui en los Estados Unidos como el de Haiti, el de la India y quien sabe cuantos más, muchos niños son salvados de la muerte corporal y espiritual por Dios por medio de cristianos que obedecen sus mandamientos.
Después de varios años ya son más de 500 niños que no se han muerto de hambre en Haiti y nunca se morirán de hambre porque una vez empezado un ministerio como este ya es muy dificil que se abandone. Otros continuarán con él cuando los pioneros originales ya no estén con nosotros. Este su solo un ministerio de los muchos iniciados por creyentes en Haiti. Esto, Carlos, es lo que Dios hace por los niños hambrientos por medio de sus hijos los que de verdad amamos a esos niños.
Por otra parte ¿qué hacen los ateos cientificos? Reparten condones para que haya “libertad sexual” y se olviden de las leyes de Dios con lo que nacen muchos niños de madres solteras que terminan muertos de hambre porque se ha destruido la unidad familiar. Las mujeres no tienen miedo de quedarse embarazadas y los hombres se desentienden de sus hijos. La inmoralidad que promueve el ateísmo es la culpable de las muertes de esos niños.
Así que aquí tienes la explicación de por qué se mueren de hambre los niños. Son la maldad, el egoismo, el pecado, los responsables de esto y los que solo hablan y no hacen nada o muy poquito un día darán cuenta a Dios no solo por eso sino por la maldad de culparlo a Él de lo que es responsabilidad tuya. Si en vez de hablar y acusar a Dios cada uno hiciera su parte en este problema tan trágico, no habría niños que se mueren de hambre. Lo que pasa es que unos pocos no pueden cuidar de todos los niños del mundo. Los cristianos hacemos lo que podemos pero los demás hacen muy poco, pues aunque conozco ateos que apadrinan un niño eso no es suficiente. Cada uno de nosotros en los países occidentales podemos apadrinar por lo menos cinco, pero claro para eso hay que sacrificarse. Conozco una pareja cristiana que apadrina nueve niños.
Medita, Carlos, y cállate ya. “Por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado”.
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