ECLESIASTÉS ESTUDIO 41. ACUÉRDATE DE TU CREADOR

EL LLAMADO A UNA DECISIÓN

ACUÉRDATE DE TU CREADOR

ECLESIASTÉS 12:1-8

Acuérdate de tu Creador ahora que eres joven y que aún no han llegado los tiempos difíciles; ya vendrán años en que digas: «No me trae ningún placer vivirlos.» 2 Hazlo ahora, cuando aún no se apaga la luz del sol, de la luna y de las estrellas, y cuando aún hay nubes después de la lluvia.3 Llegará un día en que tiemblen los guardianes del palacio y se doblen los valientes; quedarán tan pocas molineras, que dejarán de moler; las que miran por las ventanas, comenzarán a perder la vista.4 Cuando llegue ese día, se cerrarán las puertas que dan a la calle; el ruido del molino se irá apagando; las aves dejarán oír su canto, pero las canciones dejarán de oírse; 5 la altura causará miedo, y en el camino habrá peligros.

El almendro comenzará a florecer,
la langosta resultará una carga
y la alcaparra no servirá para nada.
Pues el hombre va a su hogar eterno,
y en la calle se escucha ya
a los que lloran su muerte.

6 Acuérdate de tu Creador ahora que aún no se ha roto el cordón de plata ni se ha hecho pedazos la olla de oro; ahora que aún no se ha roto el cántaro a la orilla de la fuente ni se ha hecho pedazos la polea del pozo. 7 Después de eso el polvo volverá a la tierra, como antes fue, y el espíritu volverá a Dios, que es quien lo dio.

8 Yo, el Predicador, repito:
¡Vana ilusión, vana ilusión!
¡Todo es vana ilusión!

El versículo 8 y su mensaje ¡Todo es vana ilusión! nos ayuda a entender la urgencia del llamado que el escritor hace en el versículo uno ¡Acuérdate de tu creador ahora que eres joven! Hazlo porque llegarán los días en los cuales la vida no te produzca el tipo de alegrías y satisfacciones que acostumbraba a darte en los tiempos de la juventud. Cuando llegue el tiempo en que el cuerpo -tan bellamente desarrollado en el pasaje por medio de metáforas- lejos de ser una fuente de satisfacción sea una creciente fuente de problemas.

Levinson, el famoso autor del libro The Seasons of a man’s life habla de que cada etapa de la vida si se ha resuelto bien produce en la persona una virtud. Contrariamente, si se ha resuelto mal produce una carencia. Ambas cosas son acumulativas y, en su opinión, una etapa bien resuelta favorece la resolución de la siguiente. Del mismo modo, una etapa mal resuelta, hace más complicado la posible resolución de la siguiente.

La vejez es la última estación o etapa de la vida de un ser humano. Uno se para y se vuelve hacia atrás con un sentido de evaluación. Aquellos que han vivido bien y han resuelto las diferentes etapas y han coleccionado las diferentes virtudes acaban con un profundo sentido de satisfacción sus vidas. Han vivido bien y dejan un legado, una contribución. Por el contrario, aquellos que no resolvieron bien las etapas llegan al final con un profundo sentido de desesperación. Lo que queda atrás no produce satisfacción, el presente es duro y ya no queda futuro.

UN PRINCIPIO

Acuérdate de tu creador

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