El Padre y el Hijo, nuestras mayores riquezas

Ganad amigos por medio de las riquezas injustas, para que cuando éstas falten, os reciban en las moradas eternas . ( Lucas 16: 9 ).

No encontraremos mejores amigos con los que tener comunión verdadera como los que tenemos en Dios el Padre, y en su Hijo Jesucristo.
Nuestra confianaza debe descansar en éstos nuestros amigos, y no en los bienes que poseemos; porque los bienes y las riquezas son inciertas, y pueden desaparecer y faltarnos. Pero tanto el Padre como su Hijo, como su Palabra, permanecen para siempre. Y es por lo tanto en lo que mejor podemos poner y depositar nuestra confianza. Cuando las riquezas y los bienes de éste mundo falten ó escaseen, ellos siempre estarán a nuestro lado, y nos llevarán a lugares de delicados pastos para cubrir nuestras necesidades. Abrahan puso su confianza en Dios y no en los bienes que poseía. José perdió su libertad y a toda su familia, pero nunca perdió la presencia de un Dios y Padre que cuidó de él todo el tiempo en tierra de Egipto. Moisés puso su confianza en el Dios que se le apareció , y no dudó de que al seguirle sacaría al pueblo de la esclavitud a la libertad, donde Dios era mas que suficiente para sustentarlos en todo. David dejó todas sus riquezas, y su Palacio para salir de Jerusalen cuando su hijo Absalon se sublevó, porque no tenía puesto su corazón en las riquezas sino en el Dios de su salvación, del que no dudaba ni un instante que le podría conducir a nuevos pastos según sus misericordias. Los profetas no dudaron en perder su posicion y el despojo de sus bienes por ser fieles a la Palabra de Dios, la cual tenían por mayores riquezas que aún sus propias vidas. El Señor Jesús no dudó en despojarse a si mismo , haciéndose pobre siendo rico, para venir a dar su vida en la cruz por el rescate de todos. Los discípulos no dudaron en ser despojados y vituperados por el Nombre del Señor , porque tenian puesta la mirada en aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable . Asi tambien nosotros debemos hoy tener y mantener nuestra comunion con el Padre y con su Hijo, teniéndolos por la mayor riqueza que jamás podamos tener. No debemos confiar en las riquezas y bienes que poseemos porque nuestra vida no consiste en los bienes que tenemos , sino en la vida que por medio de Cristo se nos ha dado gratuitamente . Nuestro mayor tesoro son el Padre y el Hijo, los cuales son nuestros dadores y proveedores de todo. El hombre ó la mujer que confía en ellos serán para siempre, bienaventurados, y nunca tendrán falta de nada. El hombre que confía en ellos, es justificado, y nunca será avergonzado. Como escribió el rey David: » Joven fuí, y he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan……porque Dios no desampara a sus santos , sino que siempre los guarda…..trayendo un final dichoso para el hombre de paz …Dios siempr los ayudará y los librará …por cuanto en él pusieron su confianza y esperaron. ( Salmo 37 ).

Por lo tanto amadísimos, no pongamos nuestro corazón en las riquezas, sino en éstos nuestros dos amigos » fieles»: El Padre y el Hijo, con los cuales podemos tener comunión por medio del Espíritu Santo que ellos mismos nos han dado . Es por medio de su Espiritu que somos guiados a la verdad que está en ellos. Y ésa verdad nos hace verdaderamente libres de las ataduras a las riquezas y posesiones de éste mundo. Acordaos del joven rico, que menospreció el ofrecimiento de Cristo por irse trás sus riquezas, y seamos como Moisés que tuvo por mayores riquezas los vituperios de Cristo que los tesoros de los egipcios porque tenía puesta la mirada en el galardón. ( hebreos 11:26 ).

Con amor,

TATIS


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