Él sólo quiere ser tu amigo 1/2

El otro día mientras almorzaba con una amiga, ella comenzó a contar una historia demasiado familiar. El chico con el que ella había estado saliendo cuatro noches por semana, quien le había hecho un CD con un mix de jazz y le había preguntado si lo acompañaba como su pareja a una fiesta de navidad de su oficina, el que había ido a ver películas de noche con ella y le había hecho pasta, ese chico había destrozado sus esperanzas (nuevamente) con un comentario indiferente: “No me miro en una relación en ningún momento cercano.”

Yo trate de asegurarle a mi amiga que probablemente el chico pensaba que ella era hermosa, fabulosa e inteligente pero simplemente había tomado la decisión de estar soltero por el momento.

“Pero tenemos una gran conexión,” comentó ella.
“¡Somos tan buenos amigos!”

Sentí rabia. Esta no era la primera vez que escuchaba esta historia. Podía contar cerca de una docena de amigas que se habían encontrado en esta misma situación frustrante. Después de invertir meses en platicas hasta horas ya avanzada la noche, comidas juntos y correos coqueteando, cada chica debía enfrentar la triste realidad que el chico realmente no estaba planeando en que la amistad pasara a ser, bueno un matrimonio.

¡No es nuestra culpa!

Decidí platicar sobre esta moda con algunos amigos míos.
Yo específicamente me dirigí a Brad, quien su apariencia tan masculina y su encanto ha atraído más de una chica con esperanzas y se ha ganado la fama de rompe corazones.

“¿Piensas que es un error si un chico comparte tiempos a solas con  una chica cuando no tiene ninguna intención formal con ella?” Le pregunté.

Mi amigo hizo una pausa, saboreando la pregunta. “Yo pienso,” dijo él, “que si una chica quiere que haya algo entre ellos, ella va a ver lo que desea ver.”

Sus amigos sonrieron con una actitud sabionda.

“¿Pero no piensas que el salir con ella y pasar tiempo con ella incita a los malos entendidos?” insistí yo.

“Ella es quien quiere ver eso como un trato especial”, el dijo, encogiendo los hombros. “Es la interpretación de ella.”

“¿Puedes darte cuenta cuando una chica está interesada en ti?”

“Por lo general.”

“¿Entonces porque la ilusionas así?”

“Ella es libre de decir no en cualquier momento a la relación. Hasta entonces, yo asumiré que ella está de acuerdo con estas atenciones.”

Con “de acuerdo,” pienso que quiso decir que la chica podía manejar la situación emocionalmente sin quebrarse.

Sus amigos le dieron palmadas en la espalda.

“Así es,” confirmó uno de ellos. “Las mujeres siempre van a leer entre líneas. Si uno le pone atención a eso, debería de darse completamente por vencido y no tener amigas.”

Mutuamente Exclusivos

El libro más útil que he leído ha sido un pequeño libro sobre relaciones llamado He’s Just Not That Into You (Simplemente no le gustas tanto). Solamente el titulo me dio la respuesta a décadas de dilemas internos que he tenido. Esos dilemas que causan que una mujer tenga la esperanza de que una relación pueda surgir de una amistad a pesar de  la ausencia total de hechos que lo indiquen.

En su libro Relationships (Relaciones), la ex profesora universitaria Dra. Pamela Reeve discute tres niveles de amistad: conocidos, compañeros e íntimos amigos. La Dra. Reeve observa que un hombre y una mujer no pueden mantener una amistad íntima sin que alguno de los dos tenga una expectativa de que surja algo romántico. Ella recomienda que ambos eviten amistades íntimas fuera del cortejo o el matrimonio.

Compañeros, dice ella, generalmente son los que pasan menos de dos horas en una semana juntos. Cuando un hombre hace saber que quiere ver a una mujer más que eso, pero dice que son “solamente amigos”, él manda mensajes confusos.

La Dra. Reeves escribe: “Una parte puede disfrutar egoístamente de todos los beneficios que da la relación, el alivio y la calidez a la soledad, la satisfacción que da la atención y alimenta el ego –  todo eso sin el compromiso que lo acompaña. Una persona disfruta los lujos de la relación, mientras que la otra se siente engañada y se queda con profundos deseos insatisfechos.

Últimamente he observado muchas relaciones que no son íntimas y parecen caer en esa categoría. En todo caso, es la mujer quien paga el precio emocional.  ¿Por qué? Cuando un chico empieza a invertir en su corazón, puede hacer algo para buscar un noviazgo o para alejarse, con un solo movimiento. Y si la chica lo rechaza, la amistad termina permanentemente o cambia significativamente. Una chica, sin embargo, puede mantenerse en este tipo de relación ambigua indefinidamente, esperando que el chico eventualmente, algún día comparta los mismos sentimientos con ella. Ella se pone disponible para él como amiga, todo el tiempo esperando que la amistad florezca en algo más.

Lamentablemente, aún cuando el chico percibe el interés de la chica, como mi amigo Brad, él no le ha hecho una oferta directa y por lo tanto no siente ninguna obligación de aclarar la situación.  Quizás lo podríamos definir como una diferencia en la comunicación entre hombre y mujeres: un hombre  puede desconocer las señales de que ha sido colocado en la categoría de “futuro esposo”. Lo que él puede percibir como una cena inocente, ella lo ve como una indicación que la amistad está creciendo hacia algo más. Un hombre debería estar consciente de que si la mujer está pasando mucho tiempo con él, ella si está interesada y si está invirtiendo sus emociones. (Yo sospecho que los hombres se dan cuenta de esto mucho más seguido de lo que admiten, pero de todas formas se aferran a esta relación ventajosa ya que alimenta su ego.)

Las mujeres, por otro lado, necesitan ser un poco menos radicales, y no ver un romance en potencia donde no lo hay. Una chica no debe asumir que un amigo con el que está pasando tiempo es: a) simplemente muy tímido como para hacer un movimiento; b) está pensando que ella es la mujer de sus sueños pero el momento no es el correcto; c) se encuentra en negación de que la voluntad de Dios es que estén juntos.

Lo entendemos. Una mujer ama leer entre líneas cada acción de un hombre. Ese es su crimen relacional. Pero el chico no ayuda al dejarla ser su “amiga mujer” – una amiga que le provee todos los beneficios de una relación sin el compromiso.

En este articulo Physical Intimacy and the Single Man (La intimidad física y el Soltero) Matt Schmucker hace ver que el hombre defrauda a las mujeres cuando entran en este tipo de relaciones. “Puesto de manera simple,” escribe él, “un hombre defrauda a una mujer cuando, con sus palabras o acciones, promete los beneficios de un matrimonio a una mujer con la que no tiene intenciones de casarse o si lo hace, no tiene manera de saber que lo va a hacer.

Los hombres y mujeres solteros se están fallando mutuamente.  Las relaciones sin compromisos pueden saciar las necesidades inmediatas, pero llevan a la frustración y heridas emocionales. Sin mencionar, que para solteros que están listos para casarse, este tipo de amistades hacen perder tiempo y energías.

Continúa la lectura de la segunda parte, en este enlace.


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