Entrega de Cuentas: Hacerse vulnerable al dolor de ser corregido

Hace unos meses, nuestro pastor, Ricky Marroquín, nos enseñó acerca de la Entrega de Cuentas. Es un principio que todos los mentores aprendimos mientras hacíamos nuestro curso de 60 días, pero hay tanto que aprender y reflexionar acerca de nuestra propia vida.

Recién acabo de abrir las notas acerca de esa enseñanza sobre siete rasgos de carácter que nos permiten vivir el estilo de vida de la entrega de cuentas. Creo que son un buen iniciador de una conversación con los lectores, para que juntos examinemos nuestra vida. Lee a continuación mis apuntes sobre las primeras dos, y de la misma manera que soy vulnerable acá para abrir mi corazón, anímate a dejar tus comentarios acerca de tu propia vida, o las dudas que tienes al respecto.

1. Vulnerabilidad.

¿Estoy consciente de mis defensas, y de cómo bajarlas intencionalmente? ¿Permito que el dolor corrija mi camino? ¿Muestro mis debilidades más ocultas, y lo que me duele, a mis compañeros de responsabilidad?

Yo reconozco que a veces pienso mucho, “edito” en mi mente lo que necesito confesar a mis amigos, ya sea algo que hice o que estoy pensando, con el objetivo de que “suene cristiano”. Aunque me cuesta, creo que poco a poco he aprendido a decir o escribir las cosas como son, diciendo lo que tengo ganas de hacer par, o l pecar, y lo que me provoca tentación, o los recuerdos que estoy guardando.

Otra defensa o prejuicio que guardo, es que si alguien no se abre conmigo en sinceridad, si no me cuenta sus asuntos en el mismo nivel que yo considero que lo hago, entonces pronto pienso en “retirarlo” de mi círculo de entrega de cuentas y me cierro con esa persona.

Reconozco también que a veces minimizo mis tentaciones o fallas, escudándome en lo que considero mi fuerza, mis fortalezas como cristiano. Me defiendo mientras confieso lo que pienso, lo que hice, aunque no me estén atacando, y si no tengo cuidado, empiezo a sentirme víctima por que nadie aprecia mis intentos por ser un buen cristiano.

Y confieso que una barrera contra la cual debo luchar para vivir en entrega de cuentas, es el temor de que la otra persona algún día me haga daño con la información que le he contado.

2. Enseñabilidad.

¿Soy humilde para aceptar que me muestren mis errores? ¿Puedo aprender cuando me corrigen, y aplicarlo a largo plazo en mi vida? ¿Con qué actitud vivo la entrega de cuentas: con gratitud, con victimización?

Soy enseñable, pero solo con algunas personas. Examinando mi mente, descubro que no estoy dispuesto a escuchar de todos, o que tengo el mal hábito de asignar cuotas de ‘autoridad espiritual’ a algunos hombres, pero no a otros, tal vez basado en mis prejuicios.

Nunca me ha sido fácil aceptar que me corrijan, o que me den instrucciones. Confieso que la entrega de cuentas es un momento tenso, pero el recibir corrección lo es peor; tanto, que sé que debo estar listo para salir a caminar un rato o prepararme algo de beber, y repetirme una y otra vez que estoy haciendo lo correcto, que no debo temer, y que este estilo de vida me mantiene en pureza. Reconozco que esta ansiedad es una secuela del pasado con la que debo luchar, pues solía medicar cualquier sensación de deficiencia con sexo, o tomaba todo como un ataque. Estoy trabajando en eso.

Es mi intención en el 2011, aprender a manejar mejor esas reacciones, y ser intencional, buscar yo ser enseñado.

http://blog.libresencristo.org/wp-content/uploads/2011/01/vulnerabilidad-entrega-de-cuentas.jpg

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.