SALMO 119. PRACTICO LA JUSTICIA

Practico la justicia y el derecho;
no me entregues a mis opresores.
Sal fiador por tu siervo,
que no me opriman los soberbios.
Mis ojos se languidecen por tu salvación
y por tu promesa de justicia.
Trata a tu siervo según tu amor
y enséñame tus normas.
Soy tu siervo, instrúyeme,
y comprenderé tus preceptos.
Es hora de actuar, Señor,
han quebrantado tu ley.
¡Oh Dios altísimo y fiel,
yo amo tus mandatos
más que el oro puro!
¡Oh Dios altísimo y fiel,
considero rectas todas tus normas
y detesto toda senda engañosa!

El proceso ha sido el siguiente, leer la estrofa, fijarme en la primera frase, practico la justicia y el derecho y pensar en la figura de Martin Luther King y su lucha por los derechos de los negros y en contra de la segregación racial en los Estados Unidos en la década de los sesenta.

Luther, pastor bautista y defensor de la no violencia, siempre manifestó que era su fe la que lo empujaba a su lucha en pro del derecho y la justicia. Entendió que este mundo no era el que Dios había diseñado sino el que el pecado, nuestro egoismo, rebelión y declaración de independencia con respecto a Dios había formado.

Porque Dios es justo espera de mí involucración en todo tipo de lucha por la justicia y el derecho. Porque Dios no se complace con el status quo del mundo espera de mí una santa inconformidad y rebeldía.

Este salmo me desafía a vivir practicando el derecho y la justicia en imitación del carácter de Dios.

Un principio

Practicar justicia y derecho es imitar el carácter de mi Dios.

Una oración

El conocimiento de las buenas noticias en Bulgaria.


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