no me entregues a mis opresores.
Sal fiador por tu siervo,
que no me opriman los soberbios.
Mis ojos se languidecen por tu salvación
y por tu promesa de justicia.
Trata a tu siervo según tu amor
y enséñame tus normas.
Soy tu siervo, instrúyeme,
y comprenderé tus preceptos.
Es hora de actuar, Señor,
han quebrantado tu ley.
¡Oh Dios altísimo y fiel,
yo amo tus mandatos
más que el oro puro!
¡Oh Dios altísimo y fiel,
considero rectas todas tus normas
y detesto toda senda engañosa!
Luther, pastor bautista y defensor de la no violencia, siempre manifestó que era su fe la que lo empujaba a su lucha en pro del derecho y la justicia. Entendió que este mundo no era el que Dios había diseñado sino el que el pecado, nuestro egoismo, rebelión y declaración de independencia con respecto a Dios había formado.
Porque Dios es justo espera de mí involucración en todo tipo de lucha por la justicia y el derecho. Porque Dios no se complace con el status quo del mundo espera de mí una santa inconformidad y rebeldía.
Este salmo me desafía a vivir practicando el derecho y la justicia en imitación del carácter de Dios.
Una oración
El conocimiento de las buenas noticias en Bulgaria.
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