Este próximo lunes, 9 de mayo, los evangélicos españoles realizarán una manifestación en la plaza de Cibeles, en Madrid, en defensa de su libertad religiosa y de culto y en protesta por el cierre o amenaza de cierre de sus templos por parte del consistorio dirigido por Alberto Ruiz-Gallardón y, en menor medida, de otros municipios de la región.
El Consejo Evangélico de Madrid (CEM), denunció hoy miércoles la reiterada y grave discriminación con los templos protestantes por parte de varios municipios madrileños, en especial de la capital, que en los últimos años ha cerrado cinco lugares de culto y ha abierto expediente contra más de 20 templos.
Esta situación, ha dejado miles de madrileños sin sus iglesias y ha afectado la labor social que realizan estos templos, como es la donación de ropa, alimentos, y ayudas escolares a inmigrantes, según el CEM.
“El pueblo evangélico o protestante madrileño percibe una discriminación religiosa, lo que supone una coacción al ejercicio de la libertad y de sus derechos fundamentales”, resaltó la organización evangélica.
Esta “actitud discriminatoria e injusta del Ayuntamiento de Madrid” contrasta, según el CEM, con otras instituciones como la Asamblea de Madrid, cuya presidenta, Elvira Rodríguez, recibió recientemente al secretario general de la Alianza Evangélica Mundial, o la Comunidad de Madrid, que ha firmado recientemente un convenio con el Consejo Evangélico de Madrid para regular la asistencia religiosa de los capellanes protestantes en hospitales públicos.
Tras la manifestación de este lunes, los organizadores registrarán en el Ayuntamiento de Madrid un documento con la exposición de los hechos, las causas, un documento de los templos protestantes afectados en la actualidad y solicitudes.
Las peticiones de los evangélicos para los ayuntamientos son: paralización de los expedientes de precinto, clausura y cierre de los locales de culto; procedimientos adecuados de legalización de los locales de culto existentes y de implantación de otros nuevos, y nuevas cesiones de suelo para el uso religioso de las iglesias evangélicas.
Para el CEM, esta situación se produce porque no se ha reglamentado la normativa para los espacios de culto, lo que, a su juicio, provoca que se aplique “la normativa propia de actividades mercantiles, tipo discotecas, pubs, espectáculos públicos u otros”.
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