Háblale a tu Higuera

 

Una historia extraordinaria que tal vez he leído muchas veces o
ya hemos escuchado muchas veces, pero con un poderoso mensaje de
poder. Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza pero es obvio
que Dios no tiene un cuerpo físico, por lo tanto la imagen y
semejanza se aplica a cosas intelectuales, emocionales y
espirituales.

 

“Al día siguiente, cuando salieron de Betania, tuvo
hambre. Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, fue a ver
si tal vez hallaba en ella algo; pero cuando llegó a ella, nada
halló sino hojas, pues no era tiempo de higos. Entonces Jesús
dijo a la higuera: Nunca jamás coma nadie fruto de
ti
. Y lo oyeron sus discípulos.” Marcos
11:12-14

   

El propósito de Dios para la humanidad es que seamos Señores de
la creación, esto lo vemos en Génesis:

 

Y los bendijo Dios, y les
dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla,
y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en
todas las bestias que se mueven sobre la tierra. Y dijo Dios: He
aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre
toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla;
os serán para comer.” Gen 1:28-29

 

Pero muchas de estas bendiciones se perdieron por la caída del
hombre en el pecado, pero Cristo vino a rescatar y ganar lo que
el pecado nos había robado. Jesus dijo que toda autoridad le
había sido dada en el cielo y en la tierra. Es decir ahora esas
bendiciones las ganamos de regreso, gracias a la obra de Cristo
en la cruz. Ahora vemos a Jesus viniendo a la tierra y dando unas
enseñanzas completamente increíbles y locas para los hombres. Su
doctrina era tan rara que los hombres le tenían miedo y lo
querían matar por eso.

 

Y lo oyeron los escribas y los principales
sacerdotes, y buscaban cómo matarle; porque le tenían miedo, por
cuanto todo el pueblo estaba admirado de su doctrina.” Marcos
11:18

 

Dios tiene poder en su palabra y nos ha concedido parte de ese
poder a nosotros sus hijos. Esto lo comprendió el centurión:

 

“Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno
de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado
sanará. Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo
mis órdenes soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y
viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. Al oírlo Jesús, se
maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni
aun en Israel he hallado tanta fe. Mateo 8:8-10

 

Jesus nunca se detuvo por que el centurión se sentía indigno, al
contrario Jesus le demostró que si era digno al observar lo
positivo de su fe y lo positivo de su proceder. Fe es fijarte en
lo que Dios puede y quiere hacer, no en lo indigno que eres.
Cuando engrandeces tu indignidad, minimizas el poder de Dios.
Cuando engrandeces el poder del pecado minimizas el poder de
Dios. Si Jesus dice solamente cree en mí y ahora yo te doy
autoridad sobre las cosas:

 

“Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda
potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y
haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que
guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con
vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” Mateo
28:18-20

 

La autoridad es dada al hijo, y ahora el hijo te dice a ti:

 

“Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a
este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su
corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le
será hecho. Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando,
creed que lo recibiréis, y os vendrá.” Marcos
11:23-24

 

No es por lo digno que eres, o lo apto para hacer milagros. ¡Es
por lo que él es!. Jesus es digno y te regala su dignidad, el te
hizo digno, ahora recibe esta palabra de fe y comienza a hablarle
a tu higuera.

 

Todos tenemos una higuera a la cual hay que hablarle y ordenarle.
Todos nos hemos topado con una montana para avanzar en la vida.
¡Comienza a hablarle!

 

La historia de la higuera continua y a la mana siguiente Jesus y
sus discípulos pasan por ahí:

 

Y pasando por la mañana, vieron que la higuera se
había secado desde las raíces. Entonces Pedro, acordándose, le
dijo: Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado.
Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios. Porque de cierto
os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate
en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho
lo que dice, lo que diga le será hecho. Por tanto, os digo que
todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os
vendrá. Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra
alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os
perdone a vosotros vuestras ofensas. Porque si vosotros no
perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os
perdonará vuestras ofensas.” Marcos 11:20-26

   

¡El único estorbe que podría impedir tu bendiciones es que no
perdones! Y Jesus dijo cuando estés en oración, cuando estés en
oración pide, declara, háblale a tu higuera, háblale a esa
montana, háblale a eso imposible. Y a la mañana siguiente pasa y
mira la higuera, y si no ves nada sigue declarando. La fe debe
trabajar, la fe debe tener efecto.

 

¡Que Dios te de la seguridad de que tus palabras tienen poder en
tu boca!.

 

Bendiciones

 

[email protected]

Abdiel Salas

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