HEBREOS ESTUDIO 29. CONSEJOS FINALES

NO OS OLVIDÉIS

HEBREOS 13:1-9

Sigan amándose unos a otros como hermanos.[a] No se olviden de brindar hospitalidad a los desconocidos, porque algunos que lo han hecho, ¡han hospedado ángeles sin darse cuenta! Acuérdense de aquellos que están en prisión, como si ustedes mismos estuvieran allí. Acuérdense también de los que son maltratados, como si ustedes mismos sintieran en carne propia el dolor de ellos.

Honren el matrimonio, y los casados manténganse fieles el uno al otro. Con toda seguridad, Dios juzgará a los que cometen inmoralidades sexuales y a los que cometen adulterio.
No amen el dinero; estén contentos con lo que tienen, pues Dios ha dicho:

«Nunca te fallaré.
    Jamás te abandonaré»[b].
Así que podemos decir con toda confianza:
«El Señor es quien me ayuda,
    por eso no tendré miedo.
    ¿Qué me puede hacer un simple mortal?»[c].
Acuérdense de los líderes que les enseñaron la palabra de Dios. Piensen en todo lo bueno que haya resultado de su vida y sigan el ejemplo de su fe.

Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre. Así que no se dejen cautivar por ideas nuevas y extrañas. Su fortaleza espiritual proviene de la gracia de Dios y no depende de reglas sobre los alimentos, que de nada sirven a quienes las siguen.



Esta carta en su parte final, como tantas otras, se enfoca en los aspectos prácticos de la vida cristiana y, de hecho, a eso va dedicado el capítulo 13 de la misma.

Son varios los consejos o exhortaciones que en ella se dan, buscar el bien de los otros, practicar la hospitalidad, preocuparte por aquellos que están en situación extrema (sufriendo o encarcelados), respetar el matrimonio huyendo de la lujuria y el adulterio, evitar la avaricia desarrollando una actitud de contentamiento, actitud que viene de saber que el Señor nunca nos va a dejar ni a desamparar. Se nos exhorta a ser personas llenas de gracia en el corazón y a olvidarnos del legalismo que, según el autor, para nada aprovecha al creyente
Pero lo que ha llamado mi atención ha sido el consejo a no olvidarnos de aquellos que nos han ayudado, a lo largo de nuestra vida, a progresar en el seguimiento de Jesús. Se nos indica que consideremos su ejemplo y lo imitemos. Sin embargo, también me ha hecho pensar en poder expresar reconocimiento y agradecimiento a todos aquellos que, de un modo u otro, ha ayudado a que, mucho o poco sea lo que soy. Somos prontos para señalar las faltas y mucho más lentos para agradecer y apreciar los aciertos. Ahora bien, nunca es tarde para cambiar.
UN PRINCIPIO
HONRAR A AQUELLOS QUE NOS HAN AYUDADO EN NUESTRO SEGUIMIENTO DE JESÚS

UNA PREGUNTA
¿A QUIÉNES PODRÍAS APROVECHAR LA OPORTUNIDAD PARA HONRAR?

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