Jesucristo el Sanador

Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos< ?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:office" />
( Mateo 9: 12 )


¿ Quién necesita un médico cuando todo su cuerpo está sano?.
Pienso que nadie. Cuando en nuestros barrios vemos llegar a alguna ambulancia, y bajarse de ella a un médico dirigiéndose a una casa, entonces nos damos cuenta que alguien allá dentro tiene necesidad de que un médico le vea por que lo mas probable es que dicha persona se encuentre enferma, quizás de gravedad.
De la misma manera deberíamos preguntarnos ¿ que hace en nuestro medio el Señor Jesucristo?. ¿ A que ha venido hasta nuestros barrios éste gran médico celestial ¿. ¿ Será que entre nosotros hay algunas personas enfermas ¿. Yo pienso que sí; y ya no solo enfermas, sino muchas, ya muertas; muertas en delitos y en pecados. Y él ha venido para sanarnos no solo de la enfermedad y de los pecados contraídos, sino de la muerte que han producido en nosotros dichos pecados. Este estupendo y único médico celestial ha venido como el mismo dice: “ para que tengamos vida , y la tengamos más abundantemente”.
El ha venido para destruir las obras del diablo que son las que nos enferman, y para destruir el pecado que es el que nos causa la muerte. El nos proporciona una medicina bebible, y otra comestible para sanarnos; y ésa bebida es su Espíritu Santo, y ésa comida es su Palabra. El dice: “ el que me come…vivirá por mí”.
Así que tenemos un médico que nos sana y nos libra de la muerte dándose a él mismo por nosotros. Su Palabra es vida, y su Espíritu vida eterna. Encontramos en él la promesa de la resurrección. Fue él mismo el que dijo: “ yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá”, y no solo eso, sino que además añadió : Y todo aquel que vive y cree en mí , no morirá eternamente. ¿ Podemos creerlo? .Creerlo es esperarlo, y esperarlo es aguardarlo, y aguardarlo es recibirlo, porque fiel es el que lo prometió, el cual también lo cumplirá.
Vivimos en un mundo donde hay muchas almas enfermas, donde muchos agonizan llenos de pecados ; Queda pues más que justificada la presencia del Señor Jesús el gran médico celestial, porque el ha llegado hasta éste mundo perdido y enfermo para sanarlo por medio de la entrega de su propia vida; porque : de tal manera amó Dios al mundo , que ha dado a su Hijo Unigénito , para que todo aquél que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna; Dios envió a su Hijo al mundo para que el mundo sea salvo por él. ( Juan 3 ). Por lo tanto recibamos con gran alegría a éste maravilloso médico salvador, el cuál ha venido para salvarnos de todos nuestros pecados, y darnos por medio de su Sangre derramada, la vida eterna. Y demos gracias a Dios por su gran amor con que nos amó al enviarnos a lo más preciado para que seamos sanos y salvos.
Gracias Padre Celestial, en el nombre de tu Hijo Jesús.

Con amor,

TATIS

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