Jesucristo, nuestro Divino Sustituto

Regocijémonos en Nuestro Divino Sustituto

Cuántos de mis pecados son cubiertos por la muerte expiatoria de Jesucristo? ¿Su muerte en la cruz es suficiente para limpiarme de todo pecado? ¿Solo su muerte puede ser de confianza para llevarnos a Dios?

El apóstol Pedro escribió de Jesús quién, «murió una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en el espíritu» (1 Pedro 3:18).
La reflexión debe causarnos estallar con gritos de alabanza al SEÑOR Dios. Cuando centramos nuestra fe en Cristo quien sufrió por nuestros pecados en la cruz, debe causarnos el adorarle con todo nuestro ser.


Dios nos puede salvar por la gracia mediante la fe en Jesucristo ya Su sacrificio expiatorio es suficiente para cubrir todos los pecados de quien pide a Dios por la salvación.

«Cristo ha sufrido una vez por los pecados.» No hay necesidad de más sufrimiento para el pecado. «La paga del pecado es muerte.» Jesús murió y resucitó de entre los muertos. Ese es el pago total. No puedo expiar mis pecados. Sólo uno sin pecado, perfecto sustituto, provisto por Dios puede hacer eso por mí.

El hombre perfecto, el Hijo de Dios, fue el sacrificio perfecto por los pecadores. El ha sufrido todo lo que debo sufrir para pagar por mis pecados. La justicia de Dios estaba plenamente satisfecha en su muerte. La expiación de todos mis pecados es completa. No queda nada que sea pagado o cumplido.

La ira de Dios se derramó sobre él, como si yo fuera el ejecutado, cuando Él clamó, «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» Él murió mi muerte. Él pagó mi deuda. No hay nada más por hacer. «¡Consumado es!» «¡Hecho!» «¡Completo!» Jesús declaró. Él bebió toda la copa de la ira de Dios por mí.

El sacrificio de Jesús fue completo y aceptable hasta su Padre. «Cristo también ha sufrido una vez por los pecados, el justo por los injustos, para que pueda llevarnos a Dios».


¡Toda alabanza es para Dios! ¡Toda la gloria es solo para Él! «La deuda esta pagada en su totalidad. La Justicia esta satisfecha. La ley es magnificada. La justicia está establecida. Para todos los pecados de su pueblo, Cristo ha realizado una completa expiación, y para su justificación, Ha resucitado de entre los muertos», escribe Spurgeon.

Puesto que Dios está satisfecho con el sacrificio expiatorio de Jesucristo, ¿cómo podemos en el menor grado estar insatisfechos?

Puesto que Dios está satisfecho con Jesús, ¿cómo podemos pensar menos de él? ¿Cómo podemos cesar de alegrarnos y alabarlo?

La única forma en que podemos ser salvos es por la gracia mediante la fe en él solamente. Él «ha sufrido una vez por los pecados,» declara el apóstol Pedro. Somos salvos por la fe en Jesucristo, y en él solamente.

«No pretenda hacer un salvador de sus propios sentimientos. No piense que usted debe experimentar esto, o aquello, antes de venir a Jesucristo. Cristo no quiere preparación de usted «, advierte Spurgeon. «La salvación consiste en simplemente fundirse en Cristo.» Es un regalo de Dios para nosotros adquirido en el Calvario. Todo lo que podemos hacer, es creer en Él y recibirlo (Juan 1:12-13).

Si Jesucristo fuera un salvador humano, quizás tendríamos que añadir nuestras obras de la obediencia y méritos a Su muerte expiatoria, pero Él no lo es. Su sacrificio es perfecto y todo lo que necesitamos hacer es creer en Él y ser salvos.

C.H. Spurgeon concluyó en un mensaje: «Mira a Jesús, y se salvo. Tu dices, «¿Mi corazón es duro? Jesús puede ablandarlo. Tu exclamas, «¿¡Ay, soy tan indigno!? Jesús ama a los indignos. Tu sientes, ¿Soy tan vil? Es a los viles que Jesús vino a salvar. . . Jesús sufrió por sus pecados en la cruz del Calvario. Gira tus ojos allá, sólo ve a Jesús. Él Sufre. Él sangra. Él muere. Él está enterrado. Él se levanta de nuevo. Él sube en lo alto. Confía en Él, y tu eres salvo. Renuncia a todos los demás cargos, y confía solo en Jesús, solo en Jesús, y tú pasarás de la muerte a la vida. Esta es la señal segura, la evidencia exacta de la morada del Espíritu, de la elección del Padre, de la redención del Hijo, cuando el alma trae simple y totalmente un descanso y confianza en Jesucristo, que «una vez ha sufrido por los pecados, el justo por los injustos, para que pueda llevarnos a Dios «.







Selah!

Mensaje por Wil Pounds (c) 2009 traducido por Katia Blandin

http://www.abideinchrist.org/selahes/jul9.html


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