JUAN 21. EL MINISTERIO PÚBLICO DE JESÚS 14

Esto sucedió un sábado, el día de descanso obligatorio para los judíos.10 Por eso, unos jefes de los judíos le dijeron al hombre que había sido sanado:

–Hoy es sábado, y está prohibido que andes cargando tu camilla.

11 Pero él les contestó:

–El que me sanó me dijo: «Levántate, alza tu camilla y camina».

12 Ellos preguntaron:

–¿Quién te dijo que hicieras eso?

13 Pero el hombre no sabía quién lo había sanado, porque Jesús había desaparecido entre toda la gente que estaba allí.

14 Más tarde, Jesús encontró al hombre en el templo, y le dijo: «Ahora que estás sano, no vuelvas a pecar, porque te puede pasar algo peor».

15 El hombre fue a ver a los jefes judíos y les dijo que Jesús lo había sanado.16 Así que empezaron a perseguir a Jesús por hacer milagros los sábados.

17 Pero Jesús les dijo: «Mi Padre nunca deja de trabajar, ni yo tampoco».

18 Los jefes judíos se molestaron tanto que tuvieron aún más ganas de matar a Jesús. No lo querían porque además de sanar a los enfermos en día sábado, decía que Dios era su Padre, y que por eso era igual a Dios.

La sanación del paralítico, un acto de pura bondad por parte de Jesús, su respuesta ante las necesidades de un ser humano enfermo durante más de treinta años provoca un enfrentamiento con los líderes religiosos que no pueden entender por qué Jesús transgredía la ley de Moisés curando a una persona en día festivo. Además, Juan indica que el Maestro hacía esto con frecuencia, no le importaba qué día de la semana era cuando de ministrar a una persona en necesidad de trataba.

En realidad Jesús no transgredía la ley mosaica, sino más bien las costumbres y normas religiosas que se habían construido alrededor de ella y que había perdido de vista que el ser humano y sus necesidades es más importante que la religión, las normas, las costumbres y el mantenimiento de los rituales. No que estos no sean importantes, simplemente que las personas lo son más.

Aprendo, pues, que no existe norma religiosa por venerada, preciada, cultural y estimada que sea para mí que este por encima de hacer el bien, ministrar a los que están en necesidad de cualquier tipo y reflejar de este modo el carácter de mi Padre y Dios. Algo no funciona bien en mi vida si la religión se pone en mi camino y me impide acercarme con Jesús y en su nombre al necesitado.
Un principio

No puedo permitir que la religión me impida la práctica del bien.


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