JUAN 52. EL MINISTERIO PÚBLICO DE JESÚS 45

Juan 10: 11-19

10 «Cuando el ladrón llega, se dedica a robar, matar y destruir. Yo he venido para que todos ustedes tengan vida, y para que la vivan plenamente.11 Yo soy el buen pastor. El buen pastor está dispuesto a morir por sus ovejas.12 El que recibe un salario por cuidar a las ovejas, huye cuando ve que se acerca el lobo. Deja a las ovejas solas, porque él no es el pastor y las ovejas no son suyas. Por eso, cuando el lobo llega y ataca a las ovejas, ellas huyen por todos lados.13 Y es que a ese no le interesan las ovejas, sólo busca el dinero; por eso huye.

14-15 «Así como Dios mi Padre me conoce, yo lo conozco él; y de igual manera yo conozco a mis seguidores y ellos me conocen a mí. Yo soy su buen pastor, y ellos son mis ovejas. Así como el buen pastor está dispuesto a morir para salvar a sus ovejas, también yo estoy dispuesto a morir para salvar a mis seguidores.

16 También tengo otros seguidores que ustedes no conocen; son ovejas que traeré de otro corral, y me obedecerán. Así tendré un solo grupo de seguidores, y yo seré su único pastor.

17 «Mi Padre me ama porque estoy dispuesto a entregar mi vida para luego volver a recibirla.18 Nadie me quita la vida, sino que yo la entrego porque así lo quiero. Tengo poder para entregar mi vida, y tengo poder para volver a recibirla, pues esto es lo que mi Padre me ha ordenado hacer».

Jesús en este pasaje usa una segunda ilustración y se presenta así mismo como el pastor. A diferencia de los asalariados que notienen ningún interés por las ovejas, Jesús está dispuesto a dar su vida por ellas. Lo hace porque las ama y la prueba de su amor es la entrega de su misma vida.

¿Qué puedo aprender yo de de este pasaje? Entrega a la gente con la que trabajo y a mi propia familia, naturalmente. Este pasaje me enseña la motivación auténtica del servicio a las personas, el amor. Podría afirmar que el servicio que no nace del amor o que este motivado por un interés o ganancia personal carece de valor total y absolutamente.

Sirvo, o debo servir, como resultado del amor. Cuando amo, además, imito a mi Padre que ama, acepta y acoge a todos por igual. Por tanto este peaje tiene un doble desafío para mí. Primero, asegurarme de que estoy sirviendo y dando mi vida por alguien más allá de mí mismo, y segundo, asegurarme que no soy como el asalariado que lo hace por interés, sino como el buen pastor que lo hace por amor.
Un principio

Servimos por amor, no por interés personal.


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