La Sangre de Nuestro Señor y el Pacto

Estimados foristas todos deseo que este mensaje sea de bendición para quien lo lea.
Quedo a sus ordenes para enriquecerlo con sus comentarios
Gonzalo Arenas

LA SANGRE DE CRISTO Y EL PACTO

Bibliografia. Biblia Reina Valera 1960 y apuntes personales.

Para mi la La institución de la Santa Cena descrita en Marcos 14: 22 – 24, tenía una inquietud.
Marcos 14: 22 Y mientras comían, Jesús tomó pan y bendijo, y lo partió y les dio, diciendo: Tomad, esto es mi cuerpo. 23Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio; y bebieron de ella todos. 24Y les dijo: Esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada.

Esta formula dicha por Nuestro Señor instituye en forma definitiva un pacto con los cristianos nacidos de nuevo; y este pacto fue sellado con la sangre de Nuestro Señor Jesucristo en la cruz del Calvario

Yo aquí me hago una reflexión que durante bastante tiempo no atiné a contestar, ya que los discípulos de Nuestro Señor no registran ningún comentario en relación a comer su cuerpo y beber su sangre, si bien el contexto señala que Nuestro Señor al decir mi cuerpo y mi sangre está hablando en forma figurada los discípulos presentes entendieron algo que esta implícito en estas palabras y su actitud contrasta con la actitud de los judíos señalada en Juan 6:51 y siguientes: 51Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo. 52 Entonces los judíos contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? 53Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. 54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. 55Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. 56El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. 57Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí. 58Este es el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y murieron; el que come de este pan, vivirá eternamente. 59Estas cosas dijo en la sinagoga, enseñando en Capernaum.
Después de oír estas palabras muchos de su discípulos y los judíos se alejaron del Señor y esto se confirma en Juan 6: 60 60Al oírlas, muchos de sus discípulos dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír? 61Sabiendo Jesús en sí mismo que sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: ¿Esto os ofende?.

Después de reflexionar en esto pienso que los discípulos asistentes a la Cena de Pascua donde se instituyo lo que ahora conocemos como la Cena del Señor tenían un conocimiento diferente de la situación y para mi entender ellos sabían que el Señor estaba haciendo un Pacto de Sangre y debemos notar que los Pactos de Sangre fueron una práctica ciertamente común en el oriente, podemos decir que los pactos de sangre han existido en todas las culturas en todo el mundo y siguen vigentes en la actualidad en muchas culturas, y siempre han simbolizado el compromiso mas fuerte, puntual y comprometido que pueda imaginarse entre dos personas o entre dos grupos, en este pacto se acepta que todo lo que, pueda tener en propiedad uno de los participantes está a la entera disposición del otro en el momento en que así lo requiera, en este pacto se cierran alianzas que son irrompibles y que obligan al total y completo cumplimiento de cada una de las partes. Ejemplos de esto hay muchos en la historia y por supuesto en la Biblia. Señalaré algunos:
Pacto de Dios con Abraham y el pueblo judío realizado a perpetuidad.

Génesis 17:9 – 11 9Dijo de nuevo Dios a Abraham: En cuanto a ti, guardarás mi pacto, tú y tu descendencia después de ti por sus generaciones. 10Este es mi pacto, que guardaréis entre mí y vosotros y tu descendencia después de ti: Será circuncidado todo varón de entre vosotros 11Circuncidaréis, pues, la carne de vuestro prepucio, y será por señal del pacto entre mí y vosotros. Aquí esta hablando Dios con Abraham y prometiendo a todo el pueblo judío cumplir a perpetuidad ese pacto es decir a la descendencia carnal de Abraham que es todo el pueblo judío por origen.
Génesis 17: 23 23Entonces tomó Abraham a Ismael su hijo, y a todos los siervos nacidos en su casa, y a todos los comprados por su dinero, a todo varón entre los domésticos de la casa de Abraham, y circuncidó la carne del prepucio de ellos en aquel mismo día, como Dios le había dicho.
Génesis 17: 21-1-9 1Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto. 2Y pondré mi pacto entre mí y ti, y te multiplicaré en gran manera. 3Entonces Abram se postró sobre su rostro, y Dios habló con él, diciendo: 4He aquí mi pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes. 5Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes. 6Y te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti. 7Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti. 8Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra en que moras, toda la tierra de Canaán en heredad perpetua; y seré el Dios de ellos. 9Dijo de nuevo Dios a Abraham: En cuanto a ti, guardarás mi pacto, tú y tu descendencia después de ti por sus generaciones. 10Este es mi pacto, que guardaréis entre mí y vosotros y tu descendencia después de ti: Será circuncidado todo varón de entre vosotros. 11Circuncidaréis, pues, la carne de vuestro prepucio, y será por señal del pacto entre mí y vosotros.

Como se aprecia en todos estos pactos está involucrada la sangre, mediante la cual queda sellado y formalizado el pacto.

El plan de Salvación de la humanidad diseñado desde la eternidad queda instituido a partir de la caída en pecado de Adán y Eva en el Paraíso, y su rompimiento de la relación con Dios, así el pacto de Salvación queda establecido en el Antiguo Testamento entre Dios y Abraham que representa a todo el pueblo judío y este pacto es a perpetuidad y en el Nuevo Testamento el pacto queda establecido con la sangre de Nuestro Señor derramada en el Calvario y simbolizada en la Santa Cena que ampara a toda la humanidad a condición de que acepten al Señor Jesucristo como su Señor y Salvador personal.

Aquí de ninguna manera, estoy diciendo que existan dos tipos de salvación una para los judíos y otra para los cristianos nacidos de nuevo, la salvación es única y está cimentada en la aceptación de Nuestro Señor Jesucristo como nuestro Señor y Salvador personal, esto no invalida el pacto a perpetuidad que Dios tiene establecido con el pueblo judío y a mi entender la iglesia de Cristo no sustituye al pueblo judío.

Recordemos que Dios siempre cumplió su parte del pacto con el pueblo judío apoyándoles en todo, y en las ocasiones en que el pueblo judío rompía el pacto quedaban a la merced de todas las vicisitudes, lo que se ilustra en muchas partes del Antiguo Testamento, considero que si el pueblo judío vuelve a cumplir las ordenanzas que Dios le dio, entrará nuevamente al pacto que Dios estableció con Abraham a perpetuidad.

EL NUEVO PACTO

Nuestro Señor Jesucristo nos dio el Nuevo Pacto después de haber desplazado y cumplido el Antiguo Pacto, Hebreos 10. 8- 10 8Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley), 9y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último. 10En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.
El Nuevo Pacto tiene a Nuestro Señor Jesucristo como Sumo Sacerdote y a nosotros los cristianos nacidos de nuevo como sacerdotes 1° Pedro 1 – 10 1Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones, 2desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, 3si es que habéis gustado la benignidad del Señor.4Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, 5vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. 6Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; Y el que creyere en él, no será avergonzado. 7Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen, La piedra que los edificadores desecharon, Ha venido a ser la cabeza del ángulo; 8y: Piedra de tropiezo, y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados. 9Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; 10vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.

El Primer Pacto tenía un templo en el cual Dios moraba en el lugar Santísimo Éxodo 40:34 34Entonces una nube cubrió el tabernáculo de reunión, y la gloria de Jehová llenó el tabernáculo. 35Y no podía Moisés entrar en el tabernáculo de reunión, porque la nube estaba sobre él, y la gloria de Jehová lo llenaba. 36Y cuando la nube se alzaba del tabernáculo, los hijos de Israel se movían en todas sus jornadas; 37pero si la nube no se alzaba, no se movían hasta el día en que ella se alzaba. 38Porque la nube de Jehová estaba de día sobre el tabernáculo, y el fuego estaba de noche sobre él, a vista de toda la casa de Israel, en todas sus jornadas.
En el Nuevo Pacto nuestros cuerpos son el templo de Dios y el Espíritu Santo mora en nuestros cuerpos.
1° Corintios 3:16 16¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? 17Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.

La Sangre de Cristo nos limpia de todo pecado. 1Juan 1:7. 7pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.

La Sangre del Hijo de Dios es la esencia misma de la Pascua de la pasión de Cristo, del sacrificio del Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. La fe en Su Sangre, que tiene poder para limpiarnos de todo pecado, es la puerta a la salvación eterna de nuestras almas.
Por la fe, pues, recibimos el bautismo del Espíritu Santo, la Vida Eterna y recibimos un legado en la Santa Cena, anunciar que está vivo, que Jesucristo vive ahora. Anunciamos Su muerte y resurrección en memoria de nuestro amado Señor Jesucristo, hasta que Él venga de nuevo en gloria para establecer Su Reino eternamente. Será entonces cuando tomaremos la Santa Cena con Él en el Reino de Dios. Y aquél que tome la Santa Cena sin discernir el Cuerpo de Cristo, juicio come y bebe para si mismo. Con estas afirmaciones, las Sagradas Escrituras nos revelan, que Nuestro Señor Jesucristo en Su compromiso con la humanidad, llega hasta el punto de firmar el Nuevo Pacto con Su Sangre, la cual clama mejor que la de Abel. Sí, la Sangre de Cristo clama y es nuestra vestidura, clama estando sobre nosotros, por la cual somos reconocidos por el Padre como sus hijos. Al mismo tiempo, por esta vestidura somos reconocidos por el enemigo como discípulos de Nuestro Señor Jesucristo, y nosotros invocamos el poder expiatorio de la Sangre del Pacto eterno, la Sangre de Cristo que nos santifica y guarda bajo la autoridad de Dios Padre Omnipotente, como sellados para las bodas del Cordero.

Nuestro Señor entró al cielo con su propia sangre habiendo obtenido de esa forma la eterna redención para la humanidad que lo acepta como su Señor y Salvador, al aceptar Dios la sangre de Nuestro Señor Jesús han quedado satisfechas las demandas de justicia, se había en ese momento abierto la posibilidad de restaurar la comunicación del hombre con Dios y habíamos sido liberados del poder de Satanás.
Se abre la posibilidad de que Dios Todopoderoso nos escuche en oración, ya que nuestras oraciones, alabanzas y peticiones las hacemos en el Nombre de Nuestro Señor.

Cuando Nuestro Señor ocupa su lugar sentado a la diestra del Padre, queda en el lugar de privilegio desde donde es nuestro mediador entre el Padre y nosotros, cristianos nacidos de nuevo.
Colosenses 1:19 19por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, 20y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz 21Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado 22en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él.

Nuestro Señor Jesucristo es el mediador del Nuevo Pacto Hebreos 9:13 13Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne, 14¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo? 15Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna. 16Porque donde hay testamento, es necesario que intervenga muerte del testador. 17Porque el testamento con la muerte se confirma; pues no es válido entre tanto que el testador vive. 18De donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre.

El sacrificio de Nuestro Señor es único e irrepetible y nos asegura que ahora los que hemos aceptado a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador personal podemos estar ante la presencia del Padre.
Hebreos 10: 11 11Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; 12pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, 13de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies; 14porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.15Y nos atestigua lo mismo el Espíritu Santo; porque después de haber dicho: 16 Este es el pacto que haré con ellos Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, Y en sus mentes las escribiré, 17añade:Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones. 18Pues donde hay remisión de estos, no hay más ofrenda por el pecado. 19Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, 20por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, 21y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, 22acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura. 23Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. 24Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; 25no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.

La obra de Nuestro Señor Jesucristo está terminada, en la mente del Padre ya no somos mas pecadores, sujetos al poder de Satanás.
Nuestro Señor Jesucristo es nuestro mediador e intercesor.
Hebreos 7: 25 25por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. 26Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos; 27que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. 28Porque la ley constituye sumos sacerdotes a débiles hombres; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, al Hijo, hecho perfecto para siempre.
Ahora entendemos que nuestra posición como cristianos nacidos de nuevo ante el Padre, está totalmente segura y podemos acercarnos ante el libres de pecado ya que fuimos lavados con la sangre de Nuestro Señor Jesucristo y lo tenemos a ÉL abogando por nosotros.

Deseo que este mensaje sea de bendición para quienes lo lean.

Gonzalo Arenas


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