LEVÍTICO PARTE V/ APÉNDICE/ CAPÍTULO 27

Estos son los mandamientos que el Señor dio a los israelitas en el monte Sinaí por medio de Moisés.

El libro de Levítico ha llegado a su fin. Un libro curioso que lo mismo habla de temas «teológicos» profundos como la santidad de Dios, que de temas cotidianos como formas de cocinar y vestir, pasando por los sacrificios, las enfermedades, los contratos de compra y venta y un sinfín de otros aspectos curiosos en muchos casos.

La interpretación no puede ser otra que el hecho de que Dios, el Señor, desea serlo de todas y cada una de las áreas de nuestra vida. La espiritualidad de Levítico es integradora frente a nuestra tendencia a una espiritualidad compartimentalizada, en la que Dios puede ser una de las muchas áreas de nuestra vida pero esta desconectado de las otras en el peor de los casos, o de algunas de ellas, en el mejor de los casos.

Dios quiere ser el Señor veinticuatro horas al día y de todas y cada una de las diferentes facetas de nuestro proyecto vital. De nuestra mente, nuestras emociones, nuestras prioridades, nuestros valores, nuestras actitudes, nuestra familia, nuestros amigos, nuestro trabajo y/o estudios, nuestras relaciones y así, un etcétera tan largo como deseemos y estemos dispuestos a hacerlo.

El reto que plantea Levítico, a pesar de ser un libro poco visitado y menos conocido, es a la integración de la fe en la cotidianidad de nuestro proyecto vital, frente a la tendencia a relegar a Dios a ser, simplemente, algo más en nuestra vida, a menudo, marginal y sin demasiada importancia.

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.