LUCAS ESTUDIO 4: PUESTOS A PRUEBA

El capítulo cuatro del evangelio narra el comienzo del ministerio de Jesús inmediatamente después de su bautismo. El texto dice que lo llevo al desierto donde fue tentado por Satanás. El desierto, es las Escrituras es el lugar donde el pueblo del Señor es puesto a prueba. Las pruebas, de hecho, sirven para que se ponga de manifiesto la calidad de algo o de alguien.
Sin duda Jesús pasó la prueba y supo enfrentar la tentación de orientar su tarea mesiánica de una forma diferente a como el Padre había pensado. El Maestro escogió el camino del siervo sufriente que ya había sido anunciado por el profeta Isaías, el camino del dolor, el sufrimiento y la entrega.
Lo que me ha sorprendido y llamado la atención es el final de este pasaje:
Cuando ya el diablo no encontró otra forma de poner a prueba a Jesús, se alejó de él por algún tiempo.

La versión que yo utilizo dice: esperando una ocasión más propicia. Esto me ha hecho pensar que las pruebas y las tentaciones fueron una constante en la vida de Jesús y, por tanto, lo van a ser en la mía.

También me ha hecho pensar que Satanás intentará hacerme caer en aquellas áreas en las que soy más vulnerable y buscará la oportunidad más adecuada para ello. Esto me enseña que no debo bajar la guardia. 

Aprendo pues que las pruebas y las tentaciones me acompañarán todos los días de mi vida del mismo modo que acompañaron a Jesús. Que Satanás buscará la ocasión y el momento para que caiga y, que del mismo modo que sucedió con el Maestro, la tentación y la prueba pondrán de manifiesto la calidad de mi fe y seguimiento de Jesús.

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