Leyendo a Elisabeth Elliot me encontré con el consejo de uno de sus esposos. Él dijo que una esposa, sobre todo si es generosa, permite que su esposo llene el 80% de sus expectativas. Siempre estará ese 20% que ella quisiera ver cambiar, pero que puede minar el matrimonio hasta consumirlo.
¿No sería más lógico gozar del 80% cumplido? Betty concluye: «Acepta, positiva y activamente, lo que se te da. Que la gratitud sea un hábito en tu vida».
Tal vez un buen propósito de Año Nuevo sea ser más agradecida y ver el 80% de las cosas, y no enfrascarme en ese 20% que siempre estará mal. Y no solo en el terreno del matrimonio, sino aún al mirar a mis hijos, al considerar mi hogar, mi familia extendida, mi iglesia local, mi trabajo, mi sueldo, mis libros publicados y no publicados, y podría seguir.
Que la gratitud sea un hábito en mi vida.
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