SALMO 119. VEN EN BUSCA MIA

Lleguen mis gritos, Señor, a tu
presencia;
¡Dame entendimiento conforme a tu palabra!
Llegue mi oración a tu presencia;
¡Líbrame, conforme a tu promesa!
Brote de mis labios la alabanza,
pues tú me has enseñado tus leyes.
Entonen mis labios un canto a tu
promesa,
porque todos tus mandamientos son
justos.
Esté lista tu mano a prestarme
ayuda,
porque he preferido tus preceptos.
Señor, ¡deseo que me salves,
y me siento feliz con tu enseñanza!
Quiero vivir para alabarte;
que tu justicia me ayude.
Me he extraviado como una oveja,
¡Ven en busca mía,
pues no me he olvidado de tus
mandamientos.


He llegado al final del salmo 119. Ha sido una experiencia difícil de definir porque nunca me había entretenido tanto en mirar en profundidas este poema, el capítulo más largo de la Biblia.
Doy gracias a Dios por todo lo aprendido. Algunos días han sido más desafiántes y motivadores que otros. Ha habido ocasiones en que las palabras me han parecido repetitivas pero, así es la vida y la dieta alimentaria, no cada día comes langosta o carne de primera calidad, pero todo lo que comes pasa a tu organismo y te permite ser quien eres.
Hoy ha llamado mi atención el grito del poete, ven en busca mía. Hay ocasiones en la vida en que he sentido que podía perderme, que podía dejarme llevar por las presiones del entorno. Hay momentos en que uno cree que es mejor marchar de la presencia de Dios y dejarse de vivir una vida complicada y de responsabilidades con un mundo roto.
En momentos así, lo único que puedo afirmar es, Señor, ven en busca mía y no permitas que me aleje de tu lado.
Un principio

Un buen grito de ayuda nos evita muchos problemas.

Una oración

El conocimiento de las buenas noticias en Ucrania.

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.