Mi atención se ha centrado en este versículo, una simple frase, que habla acerca del amor que el Señor nos tiene, que me tiene. Estaba leyendo estos días pasados acerca de los fundamentos de una personalidad psicológicamente saludable y la importancia que el amor tiene para que pueda ser establecida. Nadie puede desarrollar un buen sentido de identidad personal sin saberse y sentirse amado.
Dios me ama. No es únicamente una bonita frase. No es una de esas declaraciones rimbombantes que los amantes acostumbran a hacer. Antes al contrario, su amor hacia mí es demostrado día tras día con hechos pero, especialmente, fue demostrado con su muerte en la cruz debido a mí y únicamente por mí.
La respuesta lógica debe ser amar a otros de la misma manera que Dios nos ama a nosotros.
Un principio
La imitación del carácter de Dios nos lleva a amar a otros.
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