Santificación + Consagración = Victoria

Lectura del día:        Josué 3:1 – 6:27  Verso Central   Josué 3:5

Entonces Josué dijo al pueblo: Consagraos, porque mañana el SEÑOR hará maravillas entre vosotros.
La santificación y la consagración son necesarias para tener el respaldo de Dios en todo lo que hagamos. Es imposible que Dios respalde con su poder a las personas que no vivan en santidad, y en consagración a sus mandamientos. En la historia de este día los hijos de Israel estaban enfrente del río Jordán, a las puertas de la tierra prometida. Muy de mañana, Josué y todos los israelitas partieron de Sitín y se dirigieron hacia el río Jordán; pero antes de cruzarlo, acamparon a sus orillas. (Josue 3:1 BAD) Fue precisamente ahí, antes de cruzar, que Dios les indico las condiciones indispensables para que su poder estuviera con ellos, y para que pudieran tener éxito en poseer la tierra prometida. Lo primero que Dios les pide a través de Josué, es la una verdadera santificación como un prerrequisito para que se manifestara su poder y vieran las maravillas que haría a su favorJosué le ordenó al pueblo: «Purifíquense,  porque mañana el Señor va a realizar grandes prodigios entre ustedes.» (Josue  3:5 NVI) Este mismo principio de santificación como requisito para tener el respaldo de Dios, es visto a través de toda la Biblia, y nos enseña que las personas que tenían el respaldo de Dios, fueron personas que se habían consagrado para Dios, y que se han santificado (apartado) del pecado. Este requerimiento no ha cambiado y sigue vigente para nuestros días, Pablo exhorta a Timoteo, A pesar de todo,  el fundamento de Dios es sólido y se mantiene firme,  pues está sellado con esta inscripción: “El Señor conoce a los suyos»,  y esta otra: “Que se aparte de la maldad todo el que invoca el nombre del Señor». En una casa grande no sólo hay vasos de oro y de plata sino también de madera y de barro, unos para los usos más nobles y otros para los usos más bajos. Si alguien se mantiene limpio, llegará a ser un vaso noble, santificado, útil para el Señor y preparado para toda obra buena. (2Ti 2:19-21 NVI) Nosotros al igual que los hijos de Israel debemos de consagrarnos como “vasos” que deseamos que Dios nos use. Después de que cruzaron el río Jordán, el pueblo todavía necesitaba pasar por el rito de la circuncisión, este rito era lo que identificaba a los judíos como parte del pacto que Dios había hecho Abraham. Durante el tiempo que estuvieron en el desierto, muchos de ellos nacieron, y sus padres nunca se había preocupado porque sus hijos fueran circuncidados, así que todavía tenían en ellos parte de la rebeldía, y falta de consagración que habían recibido de sus padres, por esta razón Josué los circuncida, quitando de sus vidas todo vestigio de su antigua vida,Una vez que todos fueron circuncidados,  permanecieron en el campamento hasta que se recuperaron. Luego el Señor le dijo a Josué: «Hoy les he quitado de encima el oprobio de Egipto.»  Por esa razón,  aquel lugar se llama Guilgal hasta el día de hoy. (Josue 5:8-9 NVI) Ahora estaban listos para que el poder de Dios se manifestara en sus medios. Después de que el líder había llevado al pueblo a una mayor consagración, Dios se revela a Josué de una manera más especial, y les muestra que de ahora en adelante mientras ellos se mantengan consagrados y en santidad, la victoria seria segura, porque el iría delante de ellos, y les daría la victoria. Cierto día Josué, que acampaba cerca de Jericó, levantó la vista y vio a un hombre de pie frente a él, espada en mano. Josué se le acercó y le preguntó:—¿Eres tú de los nuestros, o del enemigo? —¡De ninguno! —respondió—. Me presento ante ti como comandante del ejército del Señor. Entonces Josué se postró rostro en tierra y le preguntó:—¿Qué órdenes trae mi Señor, para este siervo suyo? El comandante del ejército del Señor le contestó:—Quítate las sandalias de los pies, porque el lugar que pisas es sagrado. Y Josué le obedeció. (Josue 5:13-15 BAD). Al igual como cuando Moisés fue llamado, y Dios le pidió que se despojara de sus sandalias, Josué tiene exactamente la misma experiencia de encontrarse con Dios, donde también al igual que Moisés Dios le lleva a despojarse, o a santificarse (eso es lo que el acto de quitarse las sandalias significaba) Ahora que Dios había tratado con el pueblo a través de Josué, y de personalmente con el líder el pueblo estaba listo para conquistar. Y como lo demuestra la historia en el capítulo 6, ellos ahora estaban listos para conquistar y derribar muros. Se habían consagrado a Dios y se habían santificado por Dios, ahora tendrían el respalde Dios en sus vidas.
Oración:                                                                                                                             
  • Consagrar nuestras vidas en santidad y obediencia a nuestro Dios.


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