Sexto mandamiento dado a Moisés

SEXTO MANDAMIENTO

Bibliografía Reina Valera Revisada (1960), (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998. ; Marcel Malgo Los diez mandamientos para el cristiano del Siglo XXI editorial Llamada de Medianoche; apuntes personales.

El sexto mandamiento se expresa en solo dos palabras NO MATARAS así se expresa en Éxodo 20:13
Indudablemente este mandamiento es extraordinariamente controvertido, y existe desde luego la propuesta del Diccionario Vine que explica que esta palabra de no matar en realidad significa NO ASESINAR, Diccionario expositivo VINE
Son contadas las veces que la palabra Harag indica matar premeditadamente: asesinar. Se usa más bien para referirse a «matar» y sacrificar animales, así como a la violencia interpersonal de forma despiadada. Harag no es el término usado en el sexto mandamiento (Éx 20.13; Dt 5.17). El vocablo que se utiliza es ratshaj, que indica matar a propósito. De ahí que el mandamiento se debe traducir: «No asesinarás» (como lo hacen varias traducciones modernas en inglés).
El vocablo harag a menudo se refiere a matanza general, durante y después de una batalla (Nm 31.7–8; Jos 8.24; 2 S 10.18). Pocas veces se usa el término para denotar el acto de «matar» por orden divina. En estos casos es más común el uso de la forma causativa del verbo «morir» (muÆt). En términos generales, harag indica el aspecto violento, destructivo, de «matar», incluso a un viñedo con granizo (Sal 78.47).

Antes de entrar a la dinámica de esta sentencia No Mataras quiero abordar un enfoque del significado espiritual de este sexto mandamiento; Nuestro Señor lo explicó en el Sermón del Monte en Mateo 5:21 21Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. 22Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego. 23Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, 24deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda. 25Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel. 26De cierto te digo que no saldrás de allí, hasta que pagues el último cuadrante.

Nuestro Señor dice claramente que no solamente el asesino infringe el sexto mandamiento, el mismo pecado lo comete aquel que con palabras injuriosas ofende y ataca al hermano en la fe, desde el plano espiritual la persona cristiana que tal hace es trasgresora del sexto mandamiento como lo señala 1° Juan 3:15 15Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él.

Para dar énfasis a la postura de no injuriar al hermano en la fe, están las referencias del apóstol Pablo en donde nos exhorta a amar a nuestro prójimo Romanos 13:8 8No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley.

Hay un comentario muy interesante que Marcel Malgo con relación al amor al prójimo y dice: Si solamente comprendiéramos el significado de Romanos 13:8 8No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley, lo cual nos quiere decir que no solo podemos y debemos amar a nuestro prójimo, sino que cada uno está profundamente endeudado con su prójimo si se trata del amor ¡cuantas veces hay en nosotros cualquier otra cosa, menos amor! Todos tenemos nuestros sentimientos y emociones, es por eso que un hermano en la fe nos simpatiza mas que otros, ¿cómo podemos esta mala costumbre tan arraigada? ¿Cómo es posible amar realmente a cada prójimo?

La respuesta es que no se ame en base en base a los sentimientos de simpatía o de antipatía sino que ame de la forma que Juan el apóstol del amor amo a sus hijos espirituales, justamente este discípulo de Jesús que en su primera carta pudo escribir tan dura y categóricamente “Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida” 1° Juan 3:13 15Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él.

En su segunda carta nos da una indicación clara de cómo debemos amar 2° Juan 1-2 1El anciano a la señora elegida y a sus hijos, a quienes yo amo en la verdad; y no sólo yo, sino también todos los que han conocido la verdad, 2a causa de la verdad que permanece en nosotros, y estará para siempre con nosotros: 3Sea con vosotros gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo, Hijo del Padre, en verdad y en amor.
¿Cuál era el motivo por el cual Juan pudo escribir a los destinatarios de esta segunda carta “yo los amo”? Eso no sucedió por mera cortesía sino que Juan los amaba realmente. Veamos nuevamente las palabras “en la verdad, y …a causa de la verdad que permanece en nosotros” En la traducción de Ludwing Albrecht, dice en el segundo versículo “Los amo por voluntad a la verdad, que vive en nosotros, y que permanecerá con nosotros por la eternidad. La verdad que mora en nosotros, que siempre permanecerá con nosotros, se refiere ni más ni menos a Jesucristo mismo quien en Juan 14: 6 dice 6Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. 7Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.

Aquí encontramos una clara indicación que solo podemos amar realmente, si nuestro mas profundo móvil es Jesucristo mismo.

Lo cual significa, en sentido práctico, que debemos tratar a nuestro prójimo únicamente en el carácter y la esencia de Jesús.

Si esto se hace realidad en nosotros ya no volvemos a pecar espiritualmente contra el sexto mandamiento.

Pero adelantemos un paso mas y preguntémonos: ¿Cual es el requisito por el que puedo tratar a mi prójimo realmente en la esencia de Jesús? Esta respuesta la encontramos nuevamente en Juan ¿qué fue exactamente lo que dijo en su segunda epístola? ¿Porqué podía testificar a los destinatarios de su carta que los amaba? Porque no solo escribió “Los amo por voluntad a la verdad ….” sino que agregó “…que vive en nosotros y que permanecerá con nosotros por la eternidad”
No consiste sólo en que tratemos de amar a nuestro prójimo “por voluntad a la verdad”, o sea por voluntad a Jesús. Debemos cuidar de que esto sea también posible y ¿De que manera es esto posible? Sólo en tanto la verdad o sea Jesús, realmente pueda vivir en nosotros; pues a eso se refiere Juan cuando escribe : “Los amo por voluntad a la verdad que vive en nosotros” Hasta aquí la cita de Marcel Malgo

Deseo que la lectura de este breve documento sea de bendición para los que lo lean.

Gonzalo Arenas


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