Una revista para mujeres… que miente sobre nuestra identidad sexual masculina

He estado muy consciente de la presencia de una conocida revista para mujeres, esa que encuentra uno en el supermercado o en el aeropuerto, con una curvilínea modelo/actriz en la portada, rodeada de titulares de sexo.

Antes no le dedicaba neuronas a pensar en estas cosas, solo las pasaba por alto. Sin embargo, algo me dice que los hombres permitimos que la cultura del mundo forme una opinión en las mujeres acerca de lo que es nuestra sexualidad como hombres, y su propia sexualidad como mujeres, y que es causa de que como cristianos consideremos el pecado sexual como una opción atractiva.

Al reflexionar en los titulares de la revista, encuentro varios problemas:

  • Estereotipan al hombre y a la mujer: los hombres son de esta forma, las mujeres de esta otra. Especialmente enfatizan en “un hombre está pensando siempre en sexo, y tú debes estar lista para complacerlo”.
  • Perpetúan información inexacta: los hombres hacen, piensan y dicen esto cuando están teniendo sexo, y si no, es porque están pensando en tenerlo. Lo mismo sucede cuando se refieren a las mujeres, que hacen, piensan y dicen esto otro.
  • No leí ninguna alusión la palabra ‘relación’, ni siquiera ‘relación sexual’, sino simplemente la palabra sexo en colores brillantes y frases como “tu hombre” – quizás para evitar hacer sentir a una mujer comprometida a largo plazo.
  • Esta revista ama la tradicional batalla de los sexos, manteniendo la ansiedad de la mujer por perderla o ganarla, animándola a dejar su naturaleza vulnerable, por una naturaleza sexual competitiva.

Aunque la portada de cada mes, muestra a una mujer atractiva lanzando artículos como “Cómo volverlo loco aún si está cansado”, es debido a su pseudo-liberal estilo de hablar acerca del sexo que estos artículos son explícitos y descriptivos; sin embargo son confusos a largo plazo cuando entran en conflicto con lo que un hombre y una mujer cristianos creen acerca de sí mismos y del matrimonio.

Además, debido a que temas como la “comunicación”, o “planificación de un futuro juntos” venderían tan poco, los editores la reemplazan por temas como lencería, posiciones, lenguaje obsceno, y unas vacaciones ardientes.

Alguna vez le di una lectura a los artículos y columnas interiores, y aunque en ese tiempo yo mismo no buscaba la pureza sexual, me alertó especialmente uno con historias sobre como engañar a un esposo de forma ‘divertida’. Aquí podría citar todo el material bíblico que habla sobre la fornicación y el adulterio, y sobre identidad personal, pero hoy quiero resaltar más bien que hay materiales como esta revista, que pululan entre nosotros.

Aceptémoslo, quizás como hombres nos parezca muy deseable ser el centro de esa atención sexual, y si solo buscamos satisfacción sexual inmediata, entonces no tendremos mayor problema con lo que estas revistas digan o dejen de decir.

Pero sí importa a largo plazo. Yo no quisiera ver a mi esposa leyendo un artículo acerca de lo divertido que es el placer sexual con un hombre que no sea yo. Este es el tipo de temas que no son interesantes si nunca nos visualizamos casados, pero sí alarman cuando entre nuestros valores está el construir matrimonios fuertes.

He aprendido muchas cosas desde que empecé mi curso de 60 días en Libres en Cristo. Una es que no me gusta sentirme obligado a desempeñar un rol masculino que me imponen, incluso un rol de tener que pensar o practicar sexo todo el tiempo. He aprendido que mi naturaleza no se reduce a un instinto, como si fuera un animal.

Tengo tantas lecciones valiosas que reconstruyen mi identidad sexual como un hombre único, que me molestaría que mi esposa esperara que yo fuera “como todos los hombres”, lujurioso, impaciente, predecible, agresivo como tales revistas dicen que son “todos los hombres”. Mucho más me incomodaría que una mujer que amo, se comportara de manera libertina, coqueta con otros hombres, controladora, como supuestamente tienen que ser “todas las mujeres”.

Por supuesto que siento una fuerte atracción sexual, pero sobre todo eso, valoro una relación emocional, fiel y permanente. En mi vida diaria también hay momentos en los que estoy frustrado conmigo mismo, enfocado y agotado por las responsabilidades diarias, preocupado por el futuro, etc., y en esos momentos aunque el sexo sería una salida rápida, estoy cada vez más consciente de que lo que necesito (además de centrar mi confianza en Dios) es a una mujer a mi lado con quien hablar, que me ayude a solucionar, y que refleje el carácter de Dios.

Y también importa por los hombres y mujeres en nuestras congregaciones, que están expuestos a materiales así, e importa cuando la Iglesia sufre por el pecado sexual, por el adulterio de los líderes y por los embarazos antes del matrimonio, y por el contagio de enfermedades sexuales, y porque la diversión sexual tiene más presencia en nuestra mente que la Gloria de Dios.

Pero por ahora, esta es una reflexión personal, aunque hay mucho que necesitamos hacer como cuerpo de Cristo. Hoy, yo necesito ser radical en lo que dejo entrar a mi mente, y eso ha de empezar con no tomar esas revistas del anaquel en el supermercado. Cada decisión cuenta para un futuro sólido y una identidad sexual firme.


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