Encender el fuego de nuevo

Sigamos viendo la advertencia del Señor a la iglesia en éfeso (Ap 2.4). Los efesios son un ejemplo de una fe que se ha enfriado. Su fervor había desaparecido, aunque todavía seguían con la rutina de servir a Dios, e incluso de defender la fe.

La advertencia de Cristo a los efesios se extiende a los creyentes de hoy cuyos corazones se hayan enfriado. él mira a los cristianos distraídos y complacientes que trabajan por todas las razones, menos por la correcta, y les grita: “Lo que quiero de ustedes no es un servicio vacío; ¡los quiero a ustedes!”

El corazón se enfría gradualmente cuando la persona da mayor prioridad a otras relaciones y actividades que al Señor. Satanás ha cambiado sutilmente la forma como la palabra “ídolo” es percibida. Ha limitado la definición a los dioses falsos, pero cualquier cosa que nos distraiga de Dios es un ídolo. Por ejemplo, uno de los dioses de este siglo es el deporte. Son muchos los creyentes que saben más de los puntajes que de las Sagradas Escrituras, y que demuestran más pasión en las gradas que en un servicio de adoración.

Volver a una vida de servicio apasionado a Dios comienza con el arrepentimiento. Debemos aceptar que nos hemos alejado de nuestro primer amor. Después de esto, poner otra vez a Jesucristo en el trono de nuestro corazón y volver a conectarnos con él por medio de la oración y la meditación de la Biblia.

Dios desea tener una relación personal con cada creyente. Le pregunto: ¿Le emociona Jesús? Nuestra mejor y más pura devoción será a cualquier cosa o persona que pongamos por encima de todo. Si no es Cristo, arrepiéntase y deja que él reavive la llama de su primer amor.

 

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