Para un arqueólogo israelí, los restos de un altar que encontró en Jerusalén son el punto donde Abraham se encontró con el sumo sacerdote Melquisedec, como leemos en Génesis.
Para Eli Shukron, que ha estado trabajando con hallazgos en la ciudad de David durante muchos años, éste es uno de sus descubrimientos más importantes.
“Estamos en un lugar muy, muy importante. Vuelve a Melquisedec. Regresa a los tiempos de Abraham. Entienda cómo esta gente adoraba a Dios en el principio,” dijo Shukron a CBN News.
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El arqueólogo recuerda que en otros pueblos como Egipto y Mesopotamia el culto se hacía en templos, con oro e ídolos, pero sólo los hebreos usaban piedras.
“La piedra es la casa de Dios, no hay oro ni diamantes, todo es humilde, es lo que Dios quiere que seamos, humildes. Es fantástico. ¿Por qué? ¿Para qué es esto? Para conectarse con Dios”, dijo Shukron.
El erudito dice que existe la combinación del altar para el sacrificio, el canal de sangre, el clavo de aceite para el aceite de la unción, el lugar para atar los animales del sacrificio.
La descripción de este encuentro está en Génesis 14:18-20 que dice:
“Entonces Melquisedec, que era rey de Salén y sacerdote del Dios altísimo, sacó pan y vino19y lo bendijo así: «Bendito seas, Abrán, del Dios altísimo, creador de los cielos y de la tierra,20y bendito sea el Dios altísimo, que puso en tus manos a tus enemigos.» Y le dio Abrán los diezmos de todo.”
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La bendición del pan y el vino es una tradición y un estilo de vida que continúa unos 4000 años después, como explica el arqueólogo, y el diezmar es una forma de adoración.
“¿Qué vamos a hacer hoy? El judío, el cristiano… ¿Qué estamos haciendo? Estamos bendiciendo el pan y el vino de una manera diferente, pero bendiciendo el pan y el vino”, dijo Shukron.
“¿Dónde empezó todo esto? Aquí en la ciudad de David, en el Templo de Melquisedec. Este es el lugar. Es donde estamos y es increíble entenderlo”, añadió.