Significado de RECONCILIACIÓN Según La Biblia | Concepto y Definición

RECONCILIACIÓN Significado Bíblico

¿Qué Es RECONCILIACIÓN En La Biblia?

Acercamiento de dos partes que se encuentran distanciadas o en conflicto. Jesucristo es quien une a Dios y al hombre y proporciona salvación como resultado de esa unión. Reconciliación básicamente significa “cambio” o “intercambio”. La idea es un cambio de relación; cambiar el antagonismo por la buena voluntad, la enemistad por la amistad. Se transforman las actitudes y cesa la hostilidad.
En el mundo antiguo, la iniciativa de reconciliación generalmente se llevaba a cabo en más de un modo: el primer paso podía darlo una tercera parte o una de las partes enemistadas. En la Biblia vemos esta última modalidad. El NT tiene dos ejemplos de reconciliación entre personas. En ambos casos, la persona que causó la ruptura de la relación es la que toma la iniciativa: el hermano que perjudicó a otro (Mat 5:24) y la mujer que dejó a su marido (1Co 7:11). Se dice que la persona que busca la reconciliación “se reconcilia” con la otra; los efectos de la reconciliación dependen de la parte agraviada. En estos casos, quienes han cometido la falta solo pueden confesar su culpa, ofrecer reparación y buscar perdón. La decisión final es de la parte agraviada, que podrá perdonar o continuar distanciada.
En la restauración de las relaciones entre Dios y los hombres, la reconciliación toma un giro impensado. Dios, la parte agraviada, toma la iniciativa (2Co 5:19). Es una acción contraria a lo que se podría esperar. La supresión del distanciamiento creado por el pecado del hombre es obra de Dios. La Biblia nunca presenta al hombre que se reconcilia a sí mismo con Dios ni a Dios como que se deja influir por los hombres para acceder a la reconciliación. Cuando Pablo amonesta a sus lectores en 2Co 5:20 y les expresa “Reconciliaos con Dios”, les está diciendo que reciban con humildad y agradecimiento la reconciliación que Dios ya ha logrado en Cristo.
Existe un debate sobre si se trata de una doble reconciliación; es decir, si en algún sentido solo los hombres se reconcilian con Dios o si Él también se reconcilia con ellos. Los que se reconciliaron con Dios eran “en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras” (Col 1:21). Pablo además afirma que “los designios de la carne son enemistad contra Dios” (Rom 8:7). El hombre pecador se opone a Dios y a todo lo que es de Dios. La naturaleza pecadora desobedece la ley de Dios y no cree en el evangelio. Los seres humanos no redimidos están en rebelión contra Dios; están en enemistad con su Creador. Pero aunque sean hostiles a Dios, ¿está Dios igualmente enemistado con ellos? La Biblia parece indicar que, en cierta medida, Dios está en enemistad con los pecadores. En Rom 5:10, Pablo declara que Cristo murió por los pecadores “cuando éramos enemigos” (LBLA). Esta última palabra no es una simple descripción del carácter moral. Es también una declaración de la relación de los pecadores para con Dios; ellos son objeto tanto del amor de Dios como de Su desagrado (Mat 5:43-48). Ellos obran en contra de la voluntad de Dios y Él obra en contra de la voluntad de aquellos. Dios no solo otorga Su gracia, misericordia y paciencia a los pecadores sino que también expresa Su desagrado por medio de Su ira (Rom 1:18-32). Como Pablo les recordó a los efesios: “entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás” (Efe 2:3).
Hay varios temas fundamentales para entender el sentido de la reconciliación en la Biblia. Primero está el reconocimiento de la necesidad de reconciliación (Rom 5:10; Efe 2:12; Col 1:21). El pecado creó separación y enemistad entre Dios y el hombre. La reconciliación presupone que existe necesidad de unir algo que está separado y restaurar la relación correcta entre Dios y los hombres. Segundo, Dios es quien reconcilia; la reconciliación es obra de Él. La encarnación es la declaración divina de que la iniciativa de reconciliación reside exclusivamente en Él (2Co 5:19). Tercero, la muerte de Jesucristo es el medio por el cual Dios lleva a cabo la reconciliación (Rom 5:10). Cuarto, la reconciliación es una obra ya terminada pero aún se sigue realizando. Aunque el sacrificio sustitutorio de Cristo ya ha logrado la reconciliación, los hombres siguen recibiendo la obra reconciliadora de Dios y Su dádiva inmerecida por medio de la fe en Jesucristo. Quinto, el acto divino y humano de la reconciliación sirve de base para la auténtica reconciliación entre las personas. Por último, la obra reconciliadora de Dios es en gran medida el ministerio de la iglesia. El Señor resucitado ha encomendado a los creyentes que tengan un mensaje y un ministerio de reconciliación. En este sentido, la reconciliación no es solo una realidad de vida para los creyentes sino que constituye también un fin en el ministerio del reino. Ver Cruz, crucifixión; Expiación; Jesucristo; Salvación.

Stan Norman

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