2 Reyes 4 - Biblia de Jerusalem 3-EdicionEl aceite de la viuda1. Una mujer, de las mujeres de los discípulos de los profetas, clamó a Eliseo diciendo: "Tu siervo, mi marido, ha muerto. Tú sabes que tu siervo temía a Yahvé y ahora viene un acreedor a llevarse a mis dos hijos como esclavos." 2. Eliseo le respondió: "¿Qué puedo hacer por ti? Dime, ¿qué tienes en casa?." Ella respondió: "Tu sierva no tiene nada en casa; sólo un frasco de aceite de perfume." 3. Él dijo: "Anda y pide a todas tus vecinas vasijas de las de importación, vasijas que estén vacías, y no te vayas a quedar corta al final. 4. Entra luego y cierra la puerta tras de ti y de tus hijos. Vierte (aceite) en todas las vasijas, poniendo a parte las llenas." 5. Ella le dejó y cerró la puerta tras de sí y de sus hijos. Ellos le acercaban las vasijas y ella vertía el aceite. 6. Cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo a su hijo: "Tráeme otra vasija." Él le respondió: "Ya no quedan más." Entonces dejó de fluir el aceite. 7. Ella fue a decírselo al hombre de Dios, que dijo: "Ve a vender el aceite y paga a tu acreedor. Así tú y tu hijo podréis vivir de lo restante." Eliseo y la sunamita8. Eliseo pasó un día por Sunén, donde vivía una mujer principal que le porfió a que se quedara a comer. Desde entonces, cada vez que pasaba, se detenía allí a comer. 9. Ella dijo a su marido: "Estoy segura de que es un santo hombre de Dios, que pasa siempre junto a nosotros. 10. Construyamos en la terraza una pequeña habitación y pondremos allí para él una cama, una mesa, una silla y una lámpara, para que, cuando venga junto a nosotros, pueda retirarse allí arriba." 11. Llegó el día en el que Eliseo se acercó por allí y se retiró a la habitación de arriba, donde se acostó. 12. Él dijo a Guejazí, su criado: "Llama a esta sunamita." Éste la llamó y ella se quedó de pie ante él. 13. Eliseo dijo a su criado: "Dile: "Te has tomado todas estas molestias por nosotros, ¿qué podemos hacer por ti?, ¿hemos de hablar en tu favor al rey o al jefe del ejército?"" Ella respondió: "Yo vivo tranquila entre las gentes de mi pueblo." 14. Él dijo: "¿Qué podemos hacer entonces por ella?" Guejazí respondió: "Por desgracia ella no tiene hijos y su marido es ya anciano." 15. Dijo él: "Llámala." La llamó y ella se detuvo a la entrada. 16. Él dijo: "El año próximo, por esta época, tú estarás abrazando un hijo." Ella respondió: "No, mi señor, no engañes a tu sierva." 17. La mujer concibió y dio a luz un niño por la época que le había dicho Eliseo. 18. El niño creció y un día fue donde estaba su padre con los segadores, 19. y dijo a su padre: "¡Ay, mi cabeza, mi cabeza!" El padre dijo a un criado: "Llévalo a su madre." 20. Lo cogió y lo llevó a su madre. Estuvo sentado en las rodillas de la madre hasta el mediodía y luego murió. 21. Entonces ella lo subió y lo acostó sobre el lecho del hombre de Dios. Lo dejo cerrado y salió. 22. Llamó a su marido y le dijo: "Envíame uno de los criados y una de las burras. Voy corriendo junto al hombre de Dios y vuelvo." 23. Él dijo: "¿Por qué vas donde él? Hoy no es novilunio ni sábado." Pero ella se despidió: "Paz." 24. Hizo aparejar la burra y dijo a su criado: "Conduce. En marcha y no me frenes el trote a no ser que te lo diga." 25. Hizo camino hasta llegar donde el hombre de Dios en el monte Carmelo. Cuando el hombre de Dios la vio a lo lejos, dijo a su criado Guejazí: "Ahí viene aquella mujer sunamita. 26. Corre a su encuentro y pregúntale: ¿Estás bien? ¿Está bien tu marido? ¿Está bien el niño?" Ella respondió: "Bien." 27. Pero cuando llegó junto al hombre de Dios, a lo alto del monte, se abrazó a sus pies. Guejazí se acercó para apartarla, pero el hombre de Dios dijo: "Déjala, porque está pasando una amargura y Yahvé me lo ha ocultado, no me lo ha manifestado." 28. Ella dijo: "¿Pedí yo acaso a mi señor un hijo? ¿No te dije: "No me engañes"?" 29. Él dijo a Guejazí: "Ciñe tu cintura y toma mi bastón en tu mano. Si encuentras a alguien no le saludes, y si alguien te saluda no le respondas. Ve y coloca mi bastón sobre la cara del niño." 30. Pero la madre del niño dijo: "Por el Dios vivo y por tu vida que no te dejaré." Entonces él se alzó y marchó tras ella. 31. Guejazí había pasado antes que ellos y había colocado el bastón sobre la cara del niño, pero no se escuchó voz ni respuesta alguna. Se volvió al encuentro de Eliseo y le comunicó: "El niño no ha despertado." 32. Eliseo entró en la casa; allí estaba el niño, muerto, acostado en su lecho. 33. Entró, cerró la puerta con ellos dos dentro, y oró a Yahvé. 34. Se subió (a la cama) y se tumbó sobre el niño, boca con boca, ojos con ojos, manos con manos. Se mantuvo recostado sobre él y la carne del niño iba entrando en calor. 35. Se bajó y se puso a caminar por la casa de acá para allá. Se subió y se recostó insuflando sobre él hasta siete veces. El niño estornudó y abrió sus ojos. 36. Llamó a Guejazí y le dijo: "Llama a la sunamita." Y la llamó. Cuando llegó, él le dijo: "Toma tu hijo." 37. Ella entró y se echó a sus pies postrada en tierra. Luego tomó a su hijo y salió. Milagros en beneficio de los profetas38. Eliseo regresó a Guilgal cuando había una hambruna en el país. Los discípulos de los profetas estaban sentados ante él y dijo a su criado: "Coloca la olla grande y cuece un potaje para los discípulos de los profetas." 39. Uno de ellos salió al campo a recoger hierbas comestibles; encontró unas cepas silvestres y arrancó calabazas silvestres hasta llenar su vestido. Llegó y, sin saber lo que era, las cortó en pedazos en la olla del potaje. 40. Lo sirvieron a los hombres para que comieran y, mientras estaban comiendo, comenzaron a dar gritos: "¡Muerte en la olla, hombre de Dios!" Y no podían comer. 41. Él dijo: "Traedme harina". La echó en la olla y dijo: "Servidlo a la gente y que coman." Y no había ya mal alguno en la olla. 42. Un hombre de Baal Salisá llegó trayendo al hombre de Dios primicias de pan, veinte panes de cebada y grano fresco en espiga. Eliseo dijo: "Dáselo a la gente y que coman." 43. Su servidor replicó: "¿Cómo voy a poner esto delante de cien hombres?" Él dijo: "Dáselo a la gente y que coman, porque así dice Yahvé: "Comerán y sobrará"." 44. Lo puso ante ellos, comieron y dejaron todavía sobras, conforme a la palabra de Yahvé. |