Versículos Bíblicos

Dos personas estudiando versículos sobre el evangelismo personal

37 Versículos Poderosos Para El Evangelismo Personal

0
Textos Maravillosos de La Biblia Para El Evangelismo Personal Hoy día recordé a un momento en mi vida que marcó un antes y un después...

Árticulos Nuevos

5-caracteristicas-de-la-iglesia-primitiva-segun-la-biblia

5 Caracteristicas de la Iglesia Primitiva En La Biblia

0
La Iglesia Primitiva: Una Iglesia de Oración (Hechos 1:14) Los discípulos se reunían unánimes. Este término, que ocurre once veces en los Hechos, es una...
Figura en manto azul con texto sobre la traducción de un término asociado con María

María: ¿Una Virgen o Una Mujer Joven? ¿Cuál es la traducción...

0
Hoy quiero hablar e intentar explicar uno de los pasajes más importantes y discutidos de toda la Biblia: Me refiero al versículo de Isaías...


Isaías 64 - Biblia de nuestro Pueblo

1. El pueblo pide una teofanía Sal 68 ¡Ojalá rasgases el cielo y bajases, derritiendo los montes

2. con tu presencia, como fuego que prende en los sarmientos o hace hervir el agua! Para mostrar a tus enemigos quién eres, para que tiemblen ante ti las naciones,

3. cuando hagas maravillas que no esperábamos.

4. Jamás oído oyó ni ojo vio un Dios fuera de ti que hiciera tanto por el que espera en él.

5. Sales al encuentro del que practica gozosamente la justicia y tiene presentes tus caminos. Confesión del pecado y súplica 59,9-15; Sal 79 Estabas enojado, y nosotros fracasamos: aparta nuestras culpas, y seremos salvos.

6. Todos estábamos contaminados, nuestra justicia era un trapo sucio; todos nos marchitábamos como follaje, nuestras culpas nos arrebataban como el viento.

7. Nadie invocaba tu Nombre ni se esforzaba por aferrarse a ti; porque nos ocultabas tu rostro y nos entregabas en poder de nuestra culpa.

8. Y, sin embargo, Señor, tú eres nuestro padre, nosotros la arcilla y tú el alfarero: somos todos obra de tu mano.

9. No te irrites tanto, Señor, no recuerdes siempre nuestra culpa: mira que somos tu pueblo.

10. Tus santas ciudades son un desierto, Sión se ha vuelto un desierto, Jerusalén una desolación.

11. Nuestro templo, nuestro orgullo, donde te alabaron nuestros padres, ha sido incendiado, y lo que más queríamos está reducido a escombros.

12. ¿Te quedas insensible a todo esto, Señor, te callas y nos afliges sin medida?