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Daniel 4 - Biblia Castilian 2003

La locura de Nabucodonosor

1. Yo, Nabucodonosor, estaba tranquilo en mi casa y viv a feliz en mi palacio

2. cuando tuve un sue o que me aterró. Las pesadillas que tuve en mi lecho, mientras dorm a, y las visiones de mi mente me conturbaron.

3. Di orden de que vinieran a mi presencia todos los sabios de Babilonia, a fin de que me dieran a conocer la interpretación de mi sue o.

4. Vinieron, pues, los magos, los adivinos, los caldeos y los astrólogos y les conté el sue o; pero no supieron darme la interpretación.

5. Luego se presentó ante m Daniel, llamado Baltasar en honor a mi dios, en quien reside la inspiración divina, y le conté el sue o:

6. "Baltasar, jefe de los magos! Yo sé que posees la inspiración divina y que ningún misterio se te oculta: oye el sue o que he tenido y dame a conocer su interpretación".

7. "Estaba contemplando en mi lecho las visiones de mi mente, cuando de pronto vi un árbol, de enorme altura, en el centro de la tierra.

8. El árbol creció y se hizo fuerte; su copa llegaba hasta el cielo, y se ve a desde los confines de la tierra.

9. Su ramaje era hermoso y su fruto abundante; hab a en él alimento para todos. A su sombra se cobijaban las bestias del campo, en sus ramas anidaban las aves del cielo, y de él se alimentaba todo ser viviente.

10. Estaba contemplando yo en mi lecho las visiones de mi mente, cuando de pronto vi un vigilante, un santo que bajaba del cielo.

11. Y clamando a voz en grito dijo as: "Abatid el árbol, cortad sus ramas, sacudid su follaje, desparramad sus frutos; que las bestias huyan de su sombra, y las aves de sus ramas.

12. Dejad sólo en la tierra el tocón y las ra ces, atado con cadenas de hierro y de bronce, entre la hierba de los campos; que se empape del roc o del cielo, y comparta con las bestias el forraje.

13. Su corazón de hombre le será cambiado y le será dado un corazón de bestia; siete tiempos pasarán sobre él".

14. Por decreto de los vigilantes es esta sentencia, por orden de los santos es esta decisión, para que sepan todos los vivientes que el Alt simo domina sobre el reino de los hombres; lo da a quien le place y eleva al más humilde de los hombres."

15. "Éste es el sue o que he tenido, yo, el rey Nabucodonosor. Tú, Baltasar, dame a conocer su sentido, ya que ninguno de los sabios de mi reino ha sido capaz de interpretarlo. Pero tú s eres capaz, porque en ti reside la inspiración divina."

16. Entonces Daniel, llamado Baltasar, quedó un instante confuso, turbado en sus pensamientos. El rey tomó la palabra y dijo: "Baltasar, que no te asuste el sue o ni su interpretación". Baltasar respondió: "Mi se or, sea el sue o para tus enemigos y su interpretación para tus adversarios.

17. El árbol que viste, que crec a y se hac a fuerte, cuya copa llegaba hasta el cielo y se ve a desde toda la tierra,

18. cuyo ramaje era hermoso y su fruto abundante, que ten a alimento para todos, a cuya sombra se cobijaban las bestias del campo y en cuyas ramas anidaban las aves del cielo,

19. eres tú, ¡oh rey!, que has crecido y te has hecho fuerte; tu grandeza se ha acrecentado y ha llegado hasta el cielo, y tu imperio hasta los confines de la tierra".

20. "En cuanto a lo que vio el rey: a un vigilante, a un santo, que bajaba del cielo y dec a: abatid el árbol y destruidlo, pero dejad en la tierra el tocón y sus ra ces, atado con cadenas de hierro y de bronce, entre la hierba de los campos; que se empape del roc o del cielo y que comparta su vida con las bestias del campo, hasta que pasen sobre él siete tiempos",

21. he aqu la interpretación, ¡oh rey!, y el decreto del Alt simo que afecta a mi se or, el rey:

22. "Te expulsarán de entre los hombres, y con las bestias del campo tendrás tu morada; de hierba, como los bueyes, te alimentarás y del roc o del cielo serás empapado; siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que sepas que el Alt simo domina sobre el reino de los hombres y lo da a quien le place."

23. "Lo que se dijo de dejar el tocón y las ra ces del árbol, significa que recuperarás tu reino cuando reconozcas que es el Cielo quien domina.

24. Por tanto, ¡oh rey!, acepta mi consejo: redime tus pecados con obras de justicia y tus iniquidades con la compasión por los pobres; as se prolongará tu felicidad".

25. Todo esto se realizó en el rey Nabucodonosor.

26. Doce meses después, mientras estaba paseándose por el palacio real de Babilonia,

27. el rey dijo: "¿No es ésta la gran Babilonia que yo he construido para residencia real con el poder de mi fuerza y para gloria de mi majestad?".

28. Aún ten a el rey la palabra en la boca, cuando bajó del cielo una voz: "Contigo hablo, rey Nabucodonosor: se te ha quitado el reino;

29. te expulsarán de entre los hombres y con las bestias del campo tendrás tu morada; de hierba, como los bueyes, te alimentarás, y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que sepas que el Alt simo domina sobre el reino de los hombres y lo da a quien le place".

30. En aquel mismo instante se cumplió en Nabucodonosor la sentencia. Fue expulsado de entre los hombres, comió hierba como los bueyes y su cuerpo se empapó del roc o del cielo; le crecieron los cabellos como las plumas de las águilas y las u as como las de los pájaros.

31. "Al cabo del tiempo se alado, yo, Nabucodonosor, alcé mis ojos al cielo y recobré la razón. Entonces bendije al Alt simo y alabé y glorifiqué al que vive eternamente: porque su reino es un reino eterno y su imperio perdura de generación en generación.

32. Nada cuentan todos los habitantes de la tierra. Según su querer dispone del ejército del cielo y de los moradores de la tierra. No hay nadie que se oponga a su poder ni le pida cuentas de sus actos."

33. "En este instante recobré la razón, y, para gloria de mi reino, me fueron devueltos también mi majestad y mi esplendor. Mis consejeros y mis magnates me buscaron. Fui restablecido en mi reino y se me concedió una grandeza aún mayor."

34. "Ahora yo, Nabucodonosor, alabo, ensalzo y glorifico al rey del cielo, cuyas obras son todas verdad, sus caminos justicia y puede humillar a los que caminan con soberbia."

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