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Juan 19 - Biblia Castilian 2003

1. Entonces Pilato tomó a Jesús y mandó que lo azotaran.

2. Luego los soldados le pusieron en la cabeza una corona que hab an entretejido con espinas, lo vistieron con un manto de púrpura

3. y, acercándose a él, le dec an; "¡Salve, rey de los jud os!". Y le daban bofetadas.

4. Pilato salio de nuevo fuera y dice a los jud os: "Mirad; os lo traigo fuera, para que sepáis que no encuentro en él ningún delito".

5. Salió, pues, Jesús afuera, llevando la corona de espinas y el manto de púrpura. Y les dice Pilato: "¡Aqu tenéis al hombre!".

6. Cuando lo vieron, los pont fices y los guardias comenzaron a gritar: "¡Crucif calo! ¡Crucif calo!". Pilato les contesta: "Tomadlo vosotros y crucificadlo; porque yo no encuentro delito en él".

7. Respondiéronle los jud os: "Nosotros tenemos una ley y según esa ley debe morir, porque se ha declarado Hijo de Dios".

8. Cuando Pilato oyó estas palabras, se alarmó mucho más.

9. Y entrando otra vez en el pretorio, le dice a Jesús: "¿De dónde eres tú?". Pero Jesús no le dio respuesta alguna.

10. D cele entonces Pilato: "¿A m no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para soltarte y que tengo autoridad para crucificarte?".

11. Respondió Jesús: "Ninguna autoridad tendr as sobre m, si no te la hubieran dado de lo alto. Por eso, el que me ha entregado a ti tiene mayor pecado".

12. Desde entonces Pilato intentaba soltarlo. Pero los jud os continuaron gritando: "Si sueltas a éste, no eres amigo del César. Todo el que se declara rey se opone al César".

13. Pilato, al o r estas palabras, sacó afuera a Jesús y se sentó en el tribunal, en el lugar llamado Litóstrotos, en hebreo Gabbatá.

14. Era la parasceve de la Pascua, cerca de la hora sexta. Pilato dice a los jud os: "¡Aqu tenéis a vuestro rey!".

15. Pero ellos gritaron: "¡Fuera, fuera! ¡Crucif calo!". Pilato les pregunta: "¿Pero voy a crucificar a vuestro rey?". Los pont fices respondieron: "No tenemos más rey que al César".

16. Entonces se lo entregó para que fuera crucificado. Tomaron, pues a Jesús.

Crucifixión y muerte de Jesús

17. Él cargó con la cruz y salió hacia el lugar llamado "de la Calavera", que en hebreo se dice Gólgota.

18. All lo crucificaron, y a otros dos con él, uno a un lado y otro a otro; en medio Jesús.

19. Pilato escribió también un letrero y lo puso encima de la cruz. En él estaba escrito: JESÚS EL NAZARENO, EL REY DE LOS JUDÍOS.

20. Muchos jud os leyeron este letrero, porque el lugar en donde Jesús fue crucificado estaba cerca de la ciudad y estaba redactado en hebreo, en lat n y en griego.

21. Dijeron, pues, a Pilato los pont fices de los jud os: "No escribas. "El rey de los jud os", sino: "Éste dijo: soy rey de los jud os"".

22. Respondió Pilato: "Lo que he escrito, escrito está".

23. Luego los soldados, después de crucificar a Jesús, tomaron sus vestidos e hicieron cuatro partes, una para cada soldado; y además la túnica. Esta túnica era sin costura, tejida toda ella de una pieza de arriba abajo.

24. Dijéronse entonces los soldados: "No hay que rasgarla, vamos a echarla a suertes, a ver a quién le toca". As se cumplió la Escritura: Repartieron mis vestidos entre s, y sobre mi túnica echaron suertes. Esto es justamente lo que hicieron los soldados.

25. Estaban junto a la cruz de Jesús su madre y la hermana de su madre, Mar a, la de Cleofás, y Mar a Magdalena.

26. Cuando Jesús vio a su madre, y de pie junto a ella al disc pulo a quien él amaba, dice a su madre: "Mujer, ah tienes a tu hijo".

27. Luego dice al disc pulo: "Ah tienes a tu madre". Y desde aquel momento el disc pulo la acogió en su casa.

28. Después de esto, sabiendo Jesús que todo quedaba ya cumplido, para que se cumpliera la Escritura, dice: " Tengo sed ".

29. Hab a all un jarro lleno de vinagre. Pusieron, pues, en una ca a de hisopo una esponja empapada en el vinagre y se la acercaron a la boca.

30. Cuando Jesús tomó el vinagre, dijo: "¡Todo se ha cumplido!". E inclinando la cabeza, entregó el esp ritu.

El costado de Jesús traspasado

31. Entonces los jud os, como era la parasceve, para que los cuerpos no quedaran en la cruz el sábado - pues aquel sábado era d a de gran solemnidad -, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran.

32. Fueron los soldados y quebraron las piernas del primero y luego las del otro que hab a sido crucificado con él.

33. Pero cuando se llegaron a Jesús, como lo vieron ya muerto, no le quebraron las piernas,

34. sino que uno de los soldados le atravesó el costado con la lanza; y al momento salió sangre y agua.

35. Da testimonio de ello alguien que lo vio, y su testimonio es verdadero, pues él sabe que dice verdad, para que también vosotros creáis.

36. Porque esto sucedió para que se cumpliera la Escritura: No le quebrarán ninguno de sus huesos.

37. Y también otra Escritura dice: Mirarán al que traspasaron.

Jesús es sepultado

38. Después de esto, José de Arimatea, que era disc pulo de Jesús, aunque en secreto, por miedo a los jud os, pidió a Pilato que le permitiera llevarse el cuerpo de Jesús. Pilato se lo concedió. Fue y se llevó el cuerpo de Jesús.

39. Llegó también Nicodemo, aquel que al principio fue a buscar a Jesús de noche, con una mezcla de mirra y áloe como de unas cien libras de peso.

40. Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en lienzos, con los aromas, según acostumbran a sepultar los jud os.

41. Hab a en el lugar donde fue crucificado Jesús un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el que aún no hab a sido colocado nadie.

42. Y como era la parasceve de los jud os, colocaron all a Jesús, ya que el sepulcro estaba cerca.